El silo es la solución ideal para el almacenamiento y conservación de hortalizas de raíz como zanahorias, nabos, remolachas y rábanos. En efecto, el mantenimiento de una temperatura interna constante y baja (que el silo permite) evitará que se forme un ambiente muy húmedo, que es lo que causa la putrefacción. La construcción de un silo es fácil y no requiere una costosa inversión; de todas formas, siempre hay que tomar algunas precauciones básicas.

El silo es muy ventajoso ya que permite conservar hortalizas de raíz y hortalizas compactas como las coles y protegerlas contra el frío y las eventuales heladas en invierno. La familia puede disponer así de un suministro de ellas durante varios meses, algo muy útil porque los comerciantes tienen la posibilidad de vender a precios más elevados fuera de los períodos de cosecha. Las variantes de silo que pueden utilizarse dependen especialmente de la naturaleza del suelo y del nivel de la capa freática; sin embargo, para proteger a las hortalizas de los roedores se las puede guardar en viejos tambores de lavadoras, que se colocará dentro de los silos. Cabe señalar, a título de información, que un silo de 1 m de diámetro y de 0,50 m de altura puede contener una cantidad de hortalizas que cubra las necesidades de una familia de 3 personas.

El silo para conservar hortalizas

La elección de la ubicación del silo deberá efectuarse teniendo en cuenta del nivel de la napa freática, ya que en caso contrario el exceso de humedad puede impedir la conservación. Es preferible de darle la forma de un horno de pan. Si se lo construye sobre un suelo arcilloso muy compacto o sobre una roca, una simple excavación será suficiente, pero la consolidación con un encofrado de ladrillo o de hormigón será necesaria si el suelo es arenoso. Su tamaño dependerá de la cantidad de hortalizas a almacenar, y su profundidad variará entre 1 a 2 metros. La parte superior estará dotada de una chimenea de aireación, que desempeñará un papel importante para impedir la descomposición de los vegetales; es indispensable proteger esta abertura del agua de lluvia cubriéndola con paja o madera. De preferencia, el silo debe estar expuesto hacia el norte, a la sombra de un muro. En el caso de un terreno en pendiente, la excavación puede hacerse horizontalmente, mientras que el silo de superficie es más adecuado para terrenos llanos. En cualquier caso, la instalación deberá ser impermeable al agua y estar al abrigo de la congelación, además de estar provista de una puerta estanca de madera o de hierro para evitar la intrusión de sapos y roedores.

La conservación de hortalizas

Las hortalizas a conservar en el silo deben clasificarse teniendo cuidado de dejar de lado las que están afectados por las enfermedades y la podredumbre. También hay que limpiar sus cuellos y luego secarlas. Toda huella de tierra debe ser eliminada utilizando un cepillo. Durante esta operación, es aconsejable usar guantes para evitar la transmisión de eventuales gérmenes patógenos.

Antes de poner las hortalizas en el silo, es necesario proceder a la esterilización de este último. La operación consiste en introducir durante 5 minutos las brasas que hayan servido para esterilizar la arena o en pulverizar una solución que contenga sulfato de cobre nieve antes de secar al aire libre. El paso siguiente es extender una capa de arena esterilizada de un espesor de 5 centímetros u hojas o paja para evitar que las hortalizas entren en contacto directo con el suelo. A continuación, se pueden repartir las hortalizas en sacos de yute o de papel para poder recuperarlas con mayor facilidad. Luego hay que colocarlas en el silo, asegurándose de que no dejar espacios entre ellas, para después cubrirlas con una capa gruesa de follaje. La operación se termina agregando una capa de arena o de tierra de un espesor de 25 a 50 centímetros. En tiempo seco, se recomienda humedecer la parte superior del silo, evitando las filtraciones. Cabe señalar que toda hortaliza podrida debe ser retirada, ya que puede contaminar rápidamente a las demás. Por ello, es conveniente llevar a cabo una inspección periódica.

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Publicado en Hortalizas de invierno por Alejo el 11 Oct 2011