Acostumbradas a climas rudos y a suelos rocosos, las plantas alpinas sólo pueden prosperar en los espacios verdes cuando se cumplen ciertas condiciones. En consecuencia, para cultivarlas es esencial recrear en el jardín el medio ambiente de montaña al que están naturalmente expuestas. Poco exigentes en términos de mantenimiento, las plantas alpinas requieren cuidados mínimos después de la plantación.

De hecho, su gran capacidad de adaptación a suelos secos y rocosos las asemeja a ese respecto a las plantas de rocalla. Bastante desconocidas, están prácticamente ausentes de los jardines debido a sus exigencias de cultivo. Efectivamente, las plantas alpinas crecen mucho mejor en un ambiente de montaña, en el que la altitud, la exposición al sol y el tipo de suelo afectan directa y positivamente su ciclo vegetativo. Sin embargo, cultivar plantas alpinas fuera de su entorno habitual no es imposible, a condición por supuesto de que reciban todo lo que necesitan para crecer y florecer. Para obtener mejores resultados, será necesario mezclar hábilmente plantas alpinas y de rocalla, con el fin de crear la impresión de estar en la montaña. Puede lograrse un efecto aún más espectacular combinando plantas enanas como la echeveria, la siempreviva o variedades perennes de potentilla con especies un poco más grandes como la Aquilegia alpina, la edelweiss o la Erigeron alpinus. Si quieres añadir bellos colores a su jardín alpino puede optar por las plantas con flores ornamentales como la Lychnis alpina, la Aubrieta o la Amaryllis belladonna. De todos modos, privilegie siempre las especies más o menos bajas, sabiendo que las plantas alpinas necesitan imperiosamente capturar el calor del sol para prosperar. Prefiera igualmente plantas resistentes que soporten las heladas y los grandes calores, dos condiciones que son a menudo fatales para muchas plantas alpinas.

Cómo crear un jardín rocoso

Para que sus plantas alpinas puedan crecer, deberán ser plantadas en un terreno rocalloso, con piedras de varios tamaños que incluyan pequeños guijarros. Si quiere que su terreno reproduzca lo más fielmente posible el suelo tradicional de montaña, podrá optar por crear un jardín rocoso en forma de talud. Sin embargo, si sólo tiene un terreno llano, será conveniente elegir un lugar seco y despejado en el que habrá que disponer algunos bloques de piedra de formas y tamaños diferentes. Prefiera piedras calcáreas, ya que presentan una buena resistencia a las heladas. Para conseguir un efecto más estético será esencial combinar volúmenes y formas al decidir la disposición de las piedras. Después de haberlas instalado, asegúrese de que son estables y están bien firmes en el suelo. Para completar la rocalla es posible extender sobre el suelo pequeñas capas de guijarros y grava, cuyo aspecto árido recordará los terrenos montañosos. Si sólo tiene un pequeño espacio que no le permite crear una platabanda de plantas alpinas, siempre será posible hacer que las plantas crezcan sobre un murete o una pared de piedra en seco.

Las condiciones de cultivo necesarias para las plantas alpinas

Para crecer bien, sus plantas alpinas deben necesariamente estar plantadas lo más lejos posible de los árboles del jardín, que pueden perjudicar su desarrollo porque son inexistentes en medio natural. Por otro lado, es esencial para seleccionar un sustrato adecuado, ya que siempre es necesario que la tierra esté seca, sea ligera, y haya sido enmendada para que esté bien drenada. Para lograr un suelo ideal para el desarrollo de las plantas, es conveniente combinar tierra, un poco de tierra universal y arena. En lo que respecta a la exposición al sol, las especies alpinas deben estar plantadas en un espacio brillante y bien iluminado, pero que también esté protegido del calor intenso. Para proceder a la plantación no es necesario cavar profundamente, ya que sus raíces nunca no son muy profundas. Con respecto a las plantas obtenidas de semillas, debe asegurarse de mantenerlas en un lugar frío antes de plantarlas definitivamente, con el fin de recrear buenas condiciones invernales, necesarias bueno para el desarrollo de las plántulas. Luego de plantarlas, las plantas alpinas se riegan poco y sólo cuando la tierra está bien seca. Y si bien no toleran el exceso de humedad, será necesario regarlas un poco más en verano para que la tierra no esté completamente seca. Por último, es útil saber que las plantas alpinas son resistentes y naturalmente aptas para crecer en condiciones climáticas extremas. Esta característica les permite soportar mejor el frío. Para mantenerlas sanas y bellos todo el año alcanzará con arrancar las malas hierbas y evitar que estén expuestas a la humedad excesiva.

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Publicado en Casos especiales por Alejo el 15 Jun 2011