El calabacín es una planta anual de la familia de las cucurbitáceas, que se desarrolla mejor en terrenos con suelo ligero, ricos en humus luz y con buena exposición al sol. Se trata de una hortaliza muy fácil de cultivar, ideal para los jardineros aficionados, y tanto las flores como los frutos son comestibles. Estos últimos es mejor cosecharlos muy jóvenes, antes de que alcancen la madurez, lo que facilita aún más el cultivo de la planta.

En el siguiente artículo usted encontrará algunos consejos sobre prácticas de cultivo y técnicas de mantenimiento entrevista calabacín.

Descripciones y generalidades

\”Calabacín\” designa tanto la planta como el fruto de una liana trepadora perteneciente a la familia del pepino y de la calabaza (Cucurbitaceae). Como la mayoría de los miembros de esta familia, el calabacín es una planta anual. Se la planta por su fruto comestible, una calabaza pequeña cosechada muy joven, antes de que alcance la madurez, de forma generalmente alargada y de color verde. Algunos cultivares dan calabazas redondeadas o de color amarillo.

Técnicas de cultivo y mantenimiento del calabacín

El calabacín se reproduce exclusivamente a partir de semillas, Se puede sembrar en macetas o directamente en tierra, pero es especialmente recomendada la siembra en semillero en invernadero. Esta técnica da la posibilidad de controlar el momento de la siembra y por ende de la cosecha, lo que permite escalonar la producción y lograr una mejor gestión del huerto. La siembra en macetas se lleva a cabo a partir de marzo; la siembra directa, en cambio, debe esperar hasta que se caliente la tierra, lo que suele suceder a mediados de mayo. En nuestras regiones mediterráneas podemos aventurarnos a sembrar un mes antes. Esto debe hacerse con precaución, ya que la menor helada destruiría la germinación sin remedio. Más allá del momento que se elija, el procedimiento consiste en enterrar a tres semillas por hoyo a dos centímetros de profundidad en la tierra de cultivo. El despunte necesita idealmente entre 18 y 20 grados; sólo se conservará la plántula más vigorosa.

El calabacín se puede plantar en cualquier tipo de suelo, aunque lo ideal es un suelo rico en humus y con un pH neutro, y conviene elegir una tierra que drene bien. Es posible tanto enmendar todo el terreno como fertilizar solamente los hoyos de plantación, que deben estar cavados a una distancia de al menos 90 cm de distancia. Esto permitirá que la planta se extienda bien. En la madurez, una planta cubre por lo general un metro cuadrado, y para llegar a desarrollarse bien necesita haber recibido compost y estiércol. Antes de trasplantar las plántulas del semillero a la tierra hay que fortalecerlas; un buen método es sacarlas de día y llevarlas de nuevo al interior de noche para irlas acostumbrando. Se las puede trasplantar en cuanto tengan cuatro hojas: apisone bien la tierra luego de enterrar las raíces y riegue abundantemente, ya que el calabacín tiene una enorme necesidad de agua. Se lo debe regar todos los días de manera regular, evitando mojar el follaje. Recuerde también que el calabacín necesita calor y sol; lo ideal es una temperatura de entre 22 y 28°C. Se puede hacer un acolchado desde finales de junio, cuando la planta empieza a desarrollarse bien; esta operación permite de reducir el riego a la mitad.

Enfermedades y tratamientos

El calabacín es una planta resistente que tiene pocos enemigos; los principales y más temibles son las babosas, que atacan a los brotes jóvenes, los ácaros fitófagos (Tetranychidae) y los tisanópteros. Es difícil aplicar un tratamiento con insecticida en caso de ataque, ya que esto también podría matar a los insectos polinizadores. Es mejor optar por pulverizar una infusión de tanaceto o de tabaco macerado, que dan buenos resultados. Otra técnica simple consiste en poner un estanque o pozo con agua junto a la plantación; esto atraerá a los pájaros, que se comerán a los bichos. El oídio también es peligroso para el calabacín, y se diagnostica por la aparición de manchas blancas polvorientas en las hojas. El mejor tratamiento, sobre todo como medida preventiva, consiste en rociar con azufre pulverizado o azufre líquido natural. Elimine las hojas afectadas en caso de ataque. El riego en la base también puede ayudar a prevenir los ataques de hongos. Algunas variedades de calabacín resultantes de cruces no controlados pueden tener niveles elevados de cucurbitacina que los hagan impropios para el consumo. Esta toxicidad se refleja en un fuerte sabor amargo y puede causar diarrea severa.

Producir el mejor calabacín

Para que la planta dé frutos hace falta que las flores sean fecundadas; esto sucede por polinización, que es realizada exclusivamente por insectos, y de ahí la importancia de la restricción de los insecticidas.

Los primeros calabacines se cosechan a partir de julio, cerca de dos meses y medio después de la siembra. Como los frutos crecen rápidamente, hay que cosecharlos cuando tengan entre 10 y 20 centímetros de largo, unos 4 días después de la floración. No hay que dejarlos crecer demasiado: se vuelven menos tiernos, menos crocantes, y la producción se hace menos abundante. El rendimiento promedio de la planta es de una docena de frutos. Durante el crecimiento hay que garantizar que los frutos estén protegidos por las hojas: demasiada exposición al sol destruye la provitamina A, lo que altera la producción de vitamina A en los frutos. El pajote protege los frutos de la podredumbre causada por el contacto constante con el suelo húmedo.

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Publicado en Crear un huerto por Alejo el 15 Jun 2011