También conocido como Majuelo, el espino blanco es un arbusto espinoso de la familia de las rosáceas que se distingue por sus bellas inflorescencias blancas y su delicado aroma. Utilizada para la creación de macizos y de setos naturales, esta planta ornamental de hojas caducas florece a partir del mes de mayo, perfumando así los jardines con delicada fragancia. Poco exigente en términos de atención, el espino es un arbolillo particularmente fácil de cultivar.

Muy apreciado por sus inflorescencias fragantes, el espino blanco es un arbolillo cuya talla definitiva varía entre tres y cinco metros, una vez alcanzada la edad adulta. Ideal para macizos, grandes setos defensivos y setos salvajes, esta planta decorativa se destaca por sus propiedades ansiolíticas y sedantes, por lo que favorece el sueño y la calma en los períodos de estrés o nerviosismo. Por otra parte, el espino también posee sorprendentes virtudes protectoras para el corazón, lo que explica perfectamente por qué forma parte de los componentes de numerosos medicamentos hoy en día. Desde el principio del otoño, el espino produce bayas rojas que se pueden comer tal cual o, mejor aún, transformarse en una jalea deliciosa. Este arbusto espinoso, que crece a menudo en forma silvestre, se utiliza para crear diversos híbridos, que se distinguen por el color de sus flores. Así, si la gran mayoría de las variedades producen generalmente flores de color blanco o ligeramente rosadas, el cultivar \”Paul\’s Scarlet\” del híbrido Crataegus × macrocarpa (C. monogyna × C. laevigata) produce suntuosas inflorescencias de color rojo oscuro. En términos de mantenimiento, el espino blanco es un arbusto muy poco exigente, que crece sobre todo de manera silvestre, sin cuidados especiales.

Cómo plantar el espino

Aunque el espino blanco no sea difícil de cultivar, es esencial que disfrute de una buena exposición solar para que pueda crecer y florecer desde el retorno de los días soleados. Para ello, es conveniente plantarlo en un lugar que esté expuesto a la luz solar a lo largo del día. Para un cultivo con éxito, se aconseja plantar el espino blanco en otoño, antes del inicio del tiempo frío, o al regreso de la primavera, una vez que las temperaturas se han suavizado. Con respecto al tipo de suelo, será mejor elegir una tierra más bien neutra, con tendencia arcillosa. Antes de la plantación, asegúrese de cavar un hoyo cuya profundidad favorezca el desarrollo de las raíces bien, y enmiende la tierra con fertilizante natural luego de haberla aireado. A continuación, humedezca la mata de raíces para obtener una mejor recuperación de la planta, y colóquela luego en el hoyo, que luego tapará; el último paso es regar el joven arbusto. Si el espino blanco está destinado a formar parte de un seto, no hay que olvidar tener en cuenta el tamaño y volumen del arbusto en la madurez, de manera de dejar suficiente espacio entre los diferentes elementos del conjunto. Esto hará que las plantas y arbustos elegidos sean mucho más propensos a crecer y desarrollarse armoniosamente, creando un seto aún más natural y logrado.

El mantenimiento del espino

Fácil de cultivar, el espino no requiere ningún cuidado especial una vez plantado. Por supuesto, es esencial regarlo con regularidad para evitar que las raíces se sequen y mueran. Después de los primeros dos o tres años, es posible rebajar las ramas del arbusto en primavera, si se estima que necesita recuperar vitalidad. En cuanto a las enfermedades, se debe tener mucho cuidado con la sarna del manzano, un hongo virulento que es particularmente perjudicial para la salud de los árboles frutales. Caracterizada por la aparición de manchas de color marrón y de grietas en todas las hojas, flores y frutos, esta enfermedad evolutiva termina por causar el decaimiento y el debilitamiento total del arbusto. Para evitar esto, tenga cuidado de eliminar regularmente las ramas que puedan entorpecer la aireación. En caso de contaminación, elimine las partes afectadas que haya recolectado del suelo destruyéndolas de manera definitiva a través del fuego. Por último, evite el uso de tratamientos químicos muy agresivos y prefiera usar productos más suaves, como por ejemplo azufre.

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Publicado en Arboles y arbustos por Alejo el 10 Jun 2011