Originario de la cuenca del Mediterráneo, el ciprés es un árbol de follaje verde oscuro cultivado en muchos países del sur de Europa. Conocida por su cima en forma de cono, sus ramas pequeñas y fragantes y la calidad de su madera, esta conífera de porte noble y elegante suele ser plantada en seto. Se trata de un árbol poco exigente, que sólo necesita ser podado para preservar toda su belleza.

En la cuenca del Mediterráneo existen numerosas especies de cipreses, cuyo porte, altura y color varían mucho. Entre las muchas variedades podemos mencionar el ciprés de Leyland, el Cupressus sempervirens \”stricta\” (variedad del ciprés común con copa piramidal), el ciprés de Monterrey y el ciprés de Arizona.

Las características del ciprés

Caracterizado por su follaje verde oscuro y su porte cónico, estos cipreses miden en general de 5 a 18 metros (otras variedades llegan hasta los 40 metros). Aunque las hojas pueden ser de un color que oscila entre verde, azul-verdoso o dorado según la variedad, en todos los casos desprenden un aroma sutil y delicado.

Ideal para setos, las diferentes especies de cipreses funcionan como cortavientos muy eficaces que protegen a los jardines de las corrientes de aire impetuosas y los vientos violentos. De carácter robusto, estas especies resistentes se adaptan perfectamente a los climas templados. Son poco exigentes en lo que respecta al tipo de suelo, y también pueden adaptarse a las condiciones climáticas más duras.

Consejos para la plantación del ciprés

El ciprés se planta en general en otoño, antes de la llegada del invierno. Para que soporte bien la estación fría, es necesario proteger el árbol joven con un acolchado lo suficientemente espeso.

El sustrato de cultivo puede ser neutro, rico, aireado o árido, que debe estar siempre bien drenado. Por otra parte, aunque el ciprés se beneficia del calor y la luz, la exposición directa no le es igualmente beneficiosa. En consecuencia, es preferible elegir un espacio en semisombra para la plantación.

La poda de cipreses

Si usted ha elegido el ciprés por su costado ornamental no necesita podarlo de manera regular, siempre por supuesto que no altere la armonía de su jardín. Si usted dispone de un espacio más o menos restringido, tiene la posibilidad de optar por las especies enanas. Sin embargo, si desea crear un seto será necesario efectuar una poda regular en la medida en que algunas especies a veces alcanzan los 30 metros de altura.

Para lograr un crecimiento más rápido hay que podar el ciprés en primavera. Por supuesto, al realizar la poda hay que tener una idea precisa de la altura del seto que se desea obtener. No tenga miedo de obstaculizar el desarrollo de su árbol: el ciprés es una de las coníferas que más rápido crece después de la poda. Además, esta operación le da mucho más vigor y vitalidad para crecer mejor.

El mantenimiento del ciprés

Más allá de la poda, el ciprés es un árbol que requiere pocos cuidados. No es aconsejable regarlo con frecuencia, incluso si está plantado en una tierra relativamente árida, ya que la humedad es particularmente negativa para el ciprés. De hecho, cuando el suelo es muy húmedo, pueden aparecer hongos parásitos, que afectarán su desarrollo. Por ende, un buen drenaje del agua de es un factor crucial para su desarrollo.

Si crece en un medio ambiente húmedo, el ciprés puede ser atacado por muchos parásitos, que terminarán por causar su muerte. En tiempos de sequía sí se puede regar el árbol con más frecuencia, teniendo siempre cuidado de evitar toda acumulación de agua.

Por último, hay que saber que un solo ciprés contaminado por parásitos puede causar la destrucción del seto completo. Por ello conviene elegir siempre las especies más resistentes. De hecho, existen muchas variedades concebidas para resistir mejor a los hongos patógenos que pueden causar la destrucción del árbol.

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Publicado en Las coníferas por Alejo el 18 Jul 2011