Originario de Siberia, América del Norte, China, Japón y Corea, el cornejo existe en diversas variedades que se utilizan en jardinería por sus troncos duros que se colorean magníficamente en invierno. Es de hecho la dureza de la madera lo que le valió el nombre científico de Cornus (\”cuerno\” en latín) a este género de plantas. La Propagación, la plantación y el mantenimiento dependen de la variedad cultivada. El cornejo, cerezo silvestre o sanguiñuelo es particularmente resistente, y muy fácil de plantar y mantener.

De la familia Cornaceae, el cerezo silvestre es una planta de crecimiento rápido que resiste fríos de hasta -20°C. Puede alcanzar hasta 8 metros de altura, y se cultiva tanto solo como en seto. El mantenimiento consiste en el riego, la fertilización y la poda, y es útil saber que hay especies lo suficientemente pequeñas como para ser cultivadas en maceta. Las principales enfermedades y plagas que pueden atacarla son el oídio, la antracnosis y las cochinillas.

La plantación del cornejo

Para plantar las plántulas de cornejo vendidas en contenedor hay que cavar un hoyo ancho y profundo. Antes de colocar la plántula, hay que sumergir el contenedor en agua para facilitar la extracción de la mata de raíces con cepellón. Luego no hay más que volver a poner la tierra, apisonar y regar de manera suficiente. La plantación en una maceta grande es igual de fácil y es casi idéntica, sólo que hay que asegurar un drenaje adecuado del sustrato agregando arena o incluso grava. Efectivamente, los cerezos silvestres son árboles o arbustos de corteza decorativa, que se desarrollan bien en macetas bien drenadas con arena y un poco de mantillo, o en la tierra tanto al sol como con sombra parcial, en una tierra rica en humus que puede o no ser calcárea. Sin embargo, es mejor evitar los suelos muy arcillosos y los que sean muy ricos en abonos orgánicos con estiércol descompuesto. El Cornus florida o sanguiñuelo florido se planta idealmente en otoño, sólo o en seto, en un suelo neutro o ácido suficientemente drenado y rico en humus. Se trata de una especie que puede ser cultivada tanto al sol como a media sombra y que se desarrolla bien en suelos húmedos. Este tipo de cornejo se propaga fácilmente por estaquillado desde el mes de mayo, y a partir de semillas germinadas en primavera, luego de seleccionar cuidadosamente las semillas. La especie Cornus Kousa o cornejo de Kousa, por su lado, de bellísima floración en mayo y junio, se debe plantar principalmente entre noviembre y febrero.

El mantenimiento del cornejo

Durante los primeros veranos posteriores a la plantación es necesario un riego regular para que la planta pueda desarrollarse correctamente; luego de ese tiempo, especies como la Cornus mas o cornejo macho no necesitan ser regadas. Por otra parte, el uso de un fertilizante de liberación lenta es particularmente indicado para el suministro de los nutrientes necesarios para el crecimiento del cornejo. Con respecto a la poda, es bueno saber que el cornejo crece bien naturalmente, por lo que es una operación que puede incluso dejarse de lado. Sin embargo, los cornejos de corteza decorativa deben ser sometidos a una poda de mantenimiento para que puedan dar bellos brotes. También hay que podar el cornejo un año después de su plantación, con el fin de que tenga una altura adecuada al jardín o al cultivo en maceta.

Consejos de jardinería para el cultivo del cornejo

El Cornus kousa debe ser plantado como ejemplar aislado, debido a su anchura impresionante y a una altura que puede alcanzar los 6 m. Es posible realzar la belleza de esta especie asociándola con otras plantas como el abedul, o con especies del género Rubus como la cockburnianus (zarza de tallo blanco) o la thibetanus. A excepción de los períodos de heladas, diversas especies de cornejo pueden plantarse todo el año en el jardín tanto en zonas continentales como oceánicas o mediterráneas, ya que se trata de una planta especialmente resistente. Por otra parte, y como ya se mencionó, el cornejo puede sufrir los ataques de enfermedades y parásitos como el oídio, la antracnosis y las cochinillas, que la dañan de diversas maneras. Las cochinillas, por ejemplo, atacan las hojas y absorben la savia del cornejo, mientras que el oídio se puede reconocer por las huellas blancas que deja en el follaje de la planta. La antracnosis del cornejo, por último, es causada por un hongo llamado Discula destructiva. Para preservar el cornejo y combatir parásitos y enfermedades hay que aplicar el tratamiento indicado en cada caso, que es una solución de leche descremada (1 litro de leche cada 9 litros de agua) en el caso del oídio o moho polvoriento. Contra las cochinillas se pueden colocar mariquitas del género Cryptolaemus en las plantas, ya que se alimentan de dichos parásitos. Para la antracnosis se pueden utilizar insecticidas o pesticidas autorizados para el uso en el jardín.

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Publicado en Arbustos florales por Alejo el 09 Jun 2011