El cultivo de cítricos parece un poco delicado y requiere mucho mantenimiento. Por otra parte, aunque estas plantas pueden adaptarse a muchos tipos de suelos necesitan de todas maneras un clima cálido. De todas formas, los cítricos pueden ser plantados tanto en exteriores como en interiores. Usted sólo tiene que seguir algunas instrucciones y tendrá el placer de recoger en familia los frutos de los arbolillos que plantó.

Los cítricos son árboles frutales originarios de países cálidos, por lo que su cultivo en otras regiones presenta ciertas exigencias suplementarias. De todas formas, independientemente de la zona, se los puede plantar tanto en maceta como en tierra, siempre y cuando el suelo no sea demasiado calcáreo. Se trata de árboles a menudo espinosos, con hojas que pueden ser trifoliadas, unifoliadas, enteras o dentadas. Desprenden un aroma a la vez agradable y muy fuerte, y sus plantones se obtienen a través de esquejes, por acodadura o sembrando.

Los diferentes tipos de cítricos

Hay muchos tipos de cítricos, por lo que sólo mencionaremos aquellos más conocidos y cuya cultura está más extendida. El naranjo amargo, por ejemplo, que parece una mezcla de limonero y naranjo, tiene ramas espinosas y hojas elípticas, y su fruto tiene una corteza tan amarga como aromática. Sus hojas y flores se utilizan en la producción de aceite de neroli. El Citrus curassaviensis, otra variedad de naranjo amargo, tiene frutos pequeños de corteza rugosa y pulpa amarilla, utilizados para la fabricación de licor de Curaçao, agua destilada y aceite esencial. El limonero produce brotes púrpuras y rojizos, tiene hojas ovaladas terminadas en punta y da frutos de forma ovoide (limones). El bergamoto tiene ramas espinosas con flores fragantes y produce un fruto de color amarillo con forma de pera y sabor muy agradable. La toronja y la pampelmusa (Citrus × paradisi y Citrus maxima) son dos arbustos espinosos que dan frutos grandes, sobre todo en el caso de la pampelmusa. También tenemos por supuesto al naranjo, próximo al naranjo amargo y de cultivo muy extendido. Hay además muchas variedades, como por ejemplo la mandarina, de pulpa de un naranja rojizo y fuerte aroma, y la clementina, híbrido de mandarina y naranja. El cítrico mejor adaptado para el cultivo de interior es la calamondina o naranjo miniatura.

Procedimientos de cultivo

Los cítricos necesitan sol pero sufren con el viento, por lo que es importante plantarlos en un lugar soleado y protegido de las ráfagas fuertes. Su ámbito ideal de cultivo son las regiones cercanas al Mediterráneo. En las regiones del Norte se cultivan en macetas, y se los debe poner a cubierto durante el invierno para protegerlos de las heladas llevándolos a un invernadero o una veranda. Dan frutos de noviembre a mayo, excepto el limón que lo hace durante todo el año.

Los cítricos pueden plantarse de dos formas. La primera es en maceta, a menudo para el cultivo de interior. El primer paso es llenar la maceta con una mezcla de 2/3 de tierra de consistencia media no calcárea y 1/3 de mantillo. La planta debe ser colocada en un sitio fresco durante el invierno, y se la puede volver a sacar sobre el mes de mayo. La segunda solución es el cultivo en tierra, para lo cual hay que comenzar por hidratar bien las raíces, y luego hacer un agujero de 1 x 1 x 0,80 m. Los pasos siguientes varían de un tipo de tierra a otra. Para suelos pesados se debe mezclar 1/3 de la tierra de plantación con 2/3 de mantillo y 10 kg de estiércol descompuesto o humus. Para suelos arcillosos hay que añadir la arena de río no calcárea. Para suelos arenosos hay que mezclar la tierra con humus y mantillo, y para tierras calcáreas hay que remplazar el mantillo por tierra de brezo. Es importante no cubrir el cuello o base de la planta ya que podría pudrirse. El riego debe ser realizado de manera abundante y regular.

Mantenimiento de los cítricos

Los cítricos requieren mucha atención. En el caso del cultivo en interior hay que colocar las plantas en una habitación iluminada donde no haya radiador y evitar la luz directa del sol. Es importante poner bolas de arcilla o grava en el fondo de la maceta para obtener un buen drenaje, y no hay que olvidar regar las plantas con regularidad y llevarlas al exterior a finales del invierno. Los cítricos también necesitan un fertilizante especial por lo menos tres veces al año: antes de la floración, en junio y en septiembre. También hay que agregar materia orgánica para mejorar el suelo en otoño. Para la poda, alcanza con quitar la madera muerta y limpiar el tronco del árbol. El polvo de las hojas debe eliminarse con una esponja. Durante el verano hay que estar atentos a una eventual invasión de parásitos, y realizar el tratamiento necesario ante la aparición de los primeros síntomas.

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Publicado en Crear un huerto por Alejo el 15 Jun 2011