El liquidámbar americano es una especie ornamental nativa de América e introducida a Europa en 1681. Se trata de un árbol de medio a grande de porte elegante y que posee un color otoñal particular gracias a su follaje dorado. Su fácil cultivo lo hace apto para todo el mundo, incluso los jardineros principiantes. Plantado en combinación con otras especies, el liquidámbar se muestra como un árbol decorativo y al mismo tiempo proporciona sombra al jardín.

Para crecer bien, el liquidámbar necesita ser plantado profundamente en un suelo con un pH neutro, fresco y húmedo con una textura compacta. Se trata de una especie que se puede utilizar a lo largo de la costa, ya que se beneficia de la humedad y la neblina. La instalación del liquidámbar se ve favorecida si se realiza un suministro de materia orgánica. Su nombre proviene de su savia balsámica, que se puede utilizar para aromatizar jabones. Su madera, a la que se llama \”nogal satinado\”, es particularmente popular entre los ebanistas. La plantación de una clemátide con pequeñas flores de color rosa a sus pies constituirá un bello espectáculo primaveral a principios de mayo.

Presentación del liquidámbar

El liquidámbar proviene de los bosques templados de los Estados Unidos, desde Connecticut hasta Luisiana, pasando por el norte de Florida. En su medio natural, es Liquidambar es un árbol de gran tamaño que puede alcanzar los 45 metros de altura. Se distingue por sus ramas rojizas y su corteza hueca. Tiene una alta resistencia al frío y las enfermedades, y no se desarrolla bien en humedales. El liquidámbar soporta suelos calcáreos, por lo que puede plantárselo en regiones con esas características (suelo alcalino). Sus hojas recuerdan por su forma a las del arce, y poseen una bella coloración con tonos escarlata, púrpura y cobre. Las flores masculinas se presentan en forma de cápsulas esféricas provistas de espinas, y contienen unas cincuenta semillas. Las flores femeninas son de color amarillo verdoso y tienen la particularidad de ser sensibles a las heladas. Cuando el árbol es joven, sus hojas estrelladas son de color verde oscuro, y se van volviendo de color rojo anaranjado y púrpura al llegar el otoño. Los matices otoñales de las hojas serán más intensos cuanto más expuesto al sol esté el terreno. Sin embargo, los colores de las hojas pueden variar dependiendo de las variedades: la variedad específica que nos ocupa aquí, la Liquidambar styraciflua, posee los colores más espectaculares, con sus hojas rosas rayadas de amarillo o de una mezcla de negro con púrpura violáceo.

La técnica de plantación del liquidámbar

El período de plantación ideal del liquidámbar es el otoño. Las plántulas listas para ser plantadas pueden obtenerse a partir de semillas germinadas o mediante injerto. El liquidámbar debe plantarse en un terreno soleado, dejando un espacio de 3 a 5 metros entre cada ejemplar. Sin embargo, la plantación como árbol aislado le da un porte más majestuoso. Si se lo planta cerca de un estanque en un jardín, la superficie del agua se beneficiará de sus reflejos mágicos. Se lo puede cultivar en combinación con otras especies que necesitan las mismas condiciones ambientales, tales como tulipaneros, arces, nyssas o Parrotias. Su asociación con plantas de cobertura del suelo como los geranios perennes o las hiedras variegadas le dará un toque de luminosidad verdosa muy bonita. En el momento de plantación, hay que tener cuidado de no romper el cepellón para preservar bien las raíces. En las regiones de adopción (fuera de su área de distribución natural) su altura está limitada a 20 metros. El liquidámbar es una especie de crecimiento lento durante sus primeros dos años; la tasa de crecimiento anual puede llegar a alcanzar luego los 40 o 50 centímetros.

Consejos para el mantenimiento del liquidámbar

Para la compra de las plántulas, se recomienda optar por ejemplares que hayan crecido en contenedores, ya que tienen la ventaja de presentar una mejor recuperación que los que han crecido en tierra. El acolchado o mulching se recomienda para proteger a las plantas jóvenes durante el invierno durante los dos primeros años de su vida. Para tener éxito en la plantación, el riego debe hacerse de manera continua y regular durante la temporada de calor, ya que las raíces necesitan cierta frescura para poder desarrollarse bien. Si bien la poda no es necesaria, se recomienda eliminar las ramas muertas o en mal estado de salud en otoño. Sin embargo, la fase en la que la savia es descendente es apropiada para proceder a la poda de los brotes redundantes o que no estén bien posicionados.

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Publicado en Arboles y arbustos por Alejo el 10 Jun 2011