La jardinería es una buena solución para tener hortalizas frescas al alcance de la mano. Sin embargo, uno se desilusiona pronto cuando las babosas vienen a estropear la alegría de la cosecha de productos sanos, enteros y agradables de ver. Esto lleva naturalmente al jardinero a tomar medidas cuyas consecuencias a veces superan con creces la importancia de los daños. En los párrafos siguientes descubriremos cómo combatir a las babosas.

Existen diversos depredadores que plantean verdaderos problemas para el huerto, pero las babosas están entre los más dañinos. Ya su apariencia resulta repugnante para algunas personas, pero son las huellas dejadas por estas criaturas lo que resulta más problemático, además de que también son desagradables. Es el caso de los restos de su saliva, pero también y sobre todo de los daños causados a las hojas y a los tallos de las plantas cultivadas. Lógicamente, el reflejo provocado por este estado de cosas es el de tratar de encontrar una solución efectiva a este problema.

Los métodos radicales de eliminación de babosas

Para el jardinero que ya esté cansado del problema, el uso de productos químicos es la solución. La operación es simple y los resultados deslumbrantes, ya que las babosas son erradicadas rápidamente. Sólo hay que ir a una tienda especializada, comprar el veneno, extenderlo alrededor de los macizos de flores y luego barrer o no los restos de las babosas, según sea necesario. Los productos son comunes, de venta libre y resultado eficaz, pero la solución química conduce inevitablemente a problemas ambientales. En efecto, el entorno inmediato del jardinero sufre, ya que sus mascotas y las aves de corral también estarán expuestas a la intoxicación por la ingestión directa o indirecta, en este caso al consumir los cadáveres de las babosas envenenadas. Este peligro amenaza también a los pájaros y a otros pequeños animales útiles que deambulan por el jardín sin hacer ningún daño. De todo esto se desprende que los métodos químicos no son los más recomendados, por más que sean radicalmente efectivos. A pesar del hecho de que son una molestia para el jardín, las babosas son parte del ecosistema; en efecto, tienen su lugar en él como los otros animales, perjudiciales o no. Eliminarlas por completo sería peligroso, ya que esto puede causar un desequilibrio aún más grave que el que ya sufre la humanidad en el plano medioambiental.

Los métodos biológicos

Responder a los ataques biológicos con métodos de control también biológicos es una solución más adecuada o en todo caso más eficiente; se trata entonces de encontrar depredadores para estos enemigos circunstanciales. Así, una primera solución es, si uno cría gallinas y/o patos por ejemplo en el patio trasero, llevar las aves de corral al jardín, donde buscarán las babosas para comérselas. Atraer a los pájaros usando ciertos cebos para que permanezcan durante un tiempo en el jardín es otra buena solución, ya que hacen el mismo trabajo que los pollos. Otro truco que también tiene muchas chances de éxito consiste en propagar nematodos, pequeños gusanos parásitos disponibles comercialmente que hay que depositar por donde pasen las babosas. Cumpliendo su papel como parásitos, estos nematodos dañan realmente a las babosas, que languidecen poco a poco hasta morir de hambre por completo. El mal se ha resuelto, pero el impacto de la introducción de una nueva especie susceptible de volverse invasiva en un medio puede producir un nuevo problema.

Otros sistemas para resolver el problema de las babosas

Por todas estas cuestiones de biodiversidad, de ecosistema y de medio ambiente, queda claro que el jardinero debe actuar con mucha responsabilidad cuando decide combatir las babosas que sabotean su jardín. Entonces, para que su combate no termine siendo una lucha contra la naturaleza, puede utilizar pequeños trucos que ya han sido aplicados con éxito por otros jardineros. Conocer el ritmo y los tiempos de las babosas es una ventaja importante, ya que en los períodos de afluencia y actividad de estos depredadores el jardinero puede fácilmente recolectarlos y llevarlos lejos o incluso matarlos si su rencor es grande. Las babosas tienen predilección por la parte inferior de piedras, terrones o matas de hierba, lo que hace la captura relativamente fácil. También se puede confeccionar una trampa con cerveza, para lo que alcanza con enterrar un recipiente a ras del suelo y llenarlo con esta bebida. Atraídas por el líquido, que afeccionan, las babosas se ahogan. Otra solución es esparcir cenizas o serrín, ya que estos materiales secan el recorrido y las glándulas de las babosas, lo que las repele.

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Publicado en Los productos para el jardín por Alejo el 14 Jun 2011