El jardín es un espacio vital para vivir que merece que se le dedique tiempo y que se invierta en él. Además, si se dispone de una propiedad o una residencia junto al mar, es impensable no embellecerla con un jardín. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Qué plantas elegir y cómo protegerlas de los estragos de la arena, el viento y la sal? Esta guía rápida pretende responder a estas preguntas.

No todas las plantas crecen fácilmente al borde del mar; en principio es un medio adecuado para las se benefician del sol, pero el tiempo puede ser caprichoso. En efecto, el viento y los aerosoles marinos, dos fenómenos habituales en el litoral marítimo, pueden ser dañinos para las plantas. Para acondicionar un jardín cerca del mar, entonces, hay que usar la inteligencia y, sobre todo, elegir las plantas adecuadas. Los paisajistas coinciden en que hay que estructurar el jardín en tres partes. En primer lugar, hay que empezar por instalar cortavientos frente al mar, luego poner plantas con cierta tolerancia al viento y la sal y terminar con parterres \”clásicos\” que tendrán así una protección natural. Pero, ¿qué protección contra el viento elegir?

La importancia de los cortavientos para los cultivos frente al mar

El principio de los cortavientos es simple: una barrera de un metro de altura es suficiente para proteger un campo diez veces más grande. Por ende, hay que adaptar la altura del cortavientos a la extensión del jardín. Estas barreras contra el viento -que también protegen de la arena, aunque en menor medida- pueden ser naturales o artificiales. Los jardineros suelen elegir grandes árboles asociados con arbustos densos, ya que esta combinación permite escalonar la altura de la protección. Las diferentes variedades de pinos, las más pequeñas de las cuales miden unos 3 metros, son especialmente eficaces contra el viento, al igual que el Lauroceraso de Portugal, la encina, el alcornoque, el aliso y el bambú gigante, que puede alcanzar los 10 metros.

Luego pueden plantarse setos pequeños de gramíneas o de otras plantas resistentes a los frecuentes cambios climáticos como complemento. Es necesario rodrigonar siempre los árboles durante los primeros años para que los troncos no se rompan bajo la fuerza del viento. Para ello, basta con identificar la dirección del viento dominante mediante la observación de la oscilación de las hojas, colocando luego los rodrigones del lado de donde viene el viento.

Con respecto a las barreras artificiales, se puede elegir entre cercas compuestas por listones de madera ensamblados y plantados verticalmente en el suelo, empalizadas de madera resistente a la humedad o mallas de plástico, que tienen el defecto de ser poco estéticas. Sea cual sea el tipo de pantalla seleccionado, natural o no, debemos tener en cuenta que los cortavientos deben proteger las plantas de las ráfagas violentas pero permitir el paso del aire, ya que si son muy rígidos la más mínima ráfaga puede convertirse en una tormenta y levantar la arena que rodea el jardín.

Las plantas ideales para un jardín junto al mar

Una vez instalados los cortavientos se puede comenzar a estructurar el jardín en sí. La elección de las plantas dependerá evidentemente del gusto de cada uno, pero también de la calidad del suelo, que al borde del mar suele ser arenoso. Es importante garantizar un buen drenaje, lo que puede lograrse agregando un poco de turba y compost. Para que las plantas puedan prosperar en la costa deben tener un follaje bastante grueso, y ser flexibles para resistir la arena y el viento. También deben tener raíces que se incrusten profundamente para poder sacar agua. Lo más sencillo es elegir plantas nativas, que están bien adaptadas al clima local y no corren el riesgo de deteriorarse a la menor inclemencia del tiempo. Para quienes quieran \”importar\” otras variedades, se recomiendan las plantas perennes, que requieren poco mantenimiento y son bastante sólidos. La Acaena, con su follaje gris persistente, es perfecta como cubresuelos. El acanto, el Agapanthus, la malvarrosa, el aliso y la anémona japonesa, así como el hinojo, el eléboro blanco y el brezo están entre las plantas perennes más resistentes al borde del mar. Algunas variedades de suculentas con hojas carnosas son igualmente adecuadas para los jardines marinos. Para que estas plantas permanezcan sanas hay que \”ducharlas\” regularmente con una manguera de jardín para eliminar la arena y la sal que se hayan pegado a sus hojas, y también es necesario quitar las ramas y hojas muertas para que se mantengan frescas. Para disfrutar de la vista al mar hay que dejar algunos rincones del jardín al descubierto, y para esos espacios habrá que elegir plantas bajas o variedades que se cultiven en primavera, para evitar los períodos de fuertes tormentas.

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Publicado en Casos especiales por Alejo el 15 Jun 2011