La lavanda es una planta muy popular por su perfume y su estética, con flores en forma de espigas de color rosa, violeta, azul o blanco. Fácil de cultivar, la lavanda es muy decorativa y se integra bien a balcones, terrazas o jardines. Existen cerca de 30 especies, provenientes de zonas soleadas y secas. La lavanda es igualmente una planta melífera, que permite obtener una miel suave.

La floración de la lavanda tiene lugar de marzo a septiembre, liberando una agradable fragancia en la atmósfera. Sus espigas también pueden conservarse secas y conservar su aroma durante varios meses. Por otra parte, es posible invitar al Mediterráneo a su balcón realizando una composición floral que incluya una mata de lavanda en un recipiente de barro; las variedades enanas son muy recomendables para lograr este estilo. La lavanda es ante todo un elemento decorativo de las cuatro estaciones que puede perfumar su hogar de forma permanente, ya que sus espigas secas desprenden durante mucho tiempo su aroma agradable. Mediante la combinación de lavanda con rosales o plantas perennes usted puede crear asociaciones armoniosas. Así, el jardín ofrecerá un contraste entre la sobriedad de la lavanda y la extravagancia de las gramíneas. La combinación de lavandas azules y blancas con rosales da un jardín de efecto calmante. En cambio, la asociación de lavandas azules con flores amarillas, violetas o rosas de la India (Tagetes erecta) produce un jardín de aspecto tónico.

Presentación de las lavandas

Las lavandas pertenecen a la familia Labiatae. Se trata de plantas originarias del Mediterráneo, las islas Canarias, Asia del Sudeste, la India y África del Norte. Las variedades de lavanda más conocidas son la Lavandula angustifolia, Lavandula vera o Lavandula officinalis (nombre común lavanda, espliego, lavándula, alhucema, espigolina o lavanda fina), la variante de color blanco Lavandula angustifolia alba y la Lavandula stoechas, también llamada cantueso, romero de piedra o tomillo borriquero. También hay variedades enanas utilizadas en jardinería, como la Lavandula x intermedia \’Dutch\’ y la Lavandula angustifolia \’Dwarf Blue\’. Las lavandas tienen usos múltiples: borduras, macizos, setos, como flores cortadas o en popurrí. Las lavandas también se utilizan en la perfumería y la industria jabonera, y son conocidas por sus propiedades calmantes y antisépticas.

El cultivo de lavandas

Para crecer bien, las lavandas se plantan en suelos calcáreos, pedregosos y áridos. En cuanto a la multiplicación, la siembra se realiza en primavera y el estaquillado en el mes de julio. Para realizar esta última operación hay que extraer ramos de 5 cm y plantarlos en un mini invernadero. El cultivo de lavanda puede realizarse en maceta en el balcón o la terraza o en el jardín. Para el cultivo en maceta, elija un modelo de aproximadamente 30 cm de diámetro con un agujero para drenar el exceso de agua durante el riego. La maceta debe ser llenada con mantillo hortícola mezclado con arena para aligerar su textura. Para el cultivo de un jardín, la lavanda debe ser plantada en un suelo de textura ligera con buen drenaje porque la planta no tolera el exceso de agua. El terreno debe tener una buena exposición al sol para recibir el calor de los rayos del sol. La densidad de plantación debe ser de 5 plantas por metro cuadrado, con una distancia de entre 40 y 50 cm entre las plantas. El momento ideal para la plantación es en primavera, cuando las heladas hayan desaparecido. Sin embargo, la plantación puede llevarse a cabo en otoño en las regiones donde el clima sea relativamente suave. Se recomienda mejorar el suelo de origen a través de una enmienda orgánica. En el caso de suelos arcillosos y pesados, agregue arena gruesa.

Mantenimiento de la lavanda

Las lavandas son plantas poco exigentes en agua. Si el suelo está seco, el riego se llevará a cabo a intervalos regulares durante la primera plantación para ayudar a la planta a aclimatarse. La fertilización no es necesaria si el suelo es de buena calidad. El principal mantenimiento de la lavanda es a través de la poda, y en general se le da una forma de bola a la planta podada. Se trata de una operación que se realiza después de la floración y consiste en reducir los brotes jóvenes en un 75% de su longitud. El objetivo es evitar que se desguarnezca la base de la planta. La poda se aplica únicamente a los tallos jóvenes, ya que los de más edad no producen nuevos brotes.

Consejos útiles

Para plantar en macetas, elija recipientes cuyo volumen sea el doble que el de la mata. La plantación de determinadas especies, como por ejemplo la Lavandula stoechas,  requiere el uso de tierra de brezo para acidificar el suelo. En el momento de la plantación, las raíces demasiado largas deben ser eliminadas para evitar que la planta se asfixie si se forma un nudo. La poda debe realizarse preferentemente al final de las últimas heladas del invierno. En efecto, las plantas sin cortar resisten mejor los inviernos especialmente duros.

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Publicado en Flores de verano por Alejo el 04 Jul 2011