Existen en el mundo una variedad inmensa de palmeras, cuyas regiones de cultivo y modos de crecimiento difieren enormemente. En general, las palmeras crecen mejor en un entorno cálido y soleado y en un suelo rico y con buen drenaje. Mucha gente las aprecia en interiores; esto es posible a través de un cultivo específico y gracias a cuidados particulares. Sin embargo, es en el exterior donde prosperan mejor.

Antes de considerar llevar a cabo el cultivo de palmeras árboles de palma y de proporcionarles el mantenimiento adecuado, conviene conocer y comprender las características de estas plantas monocotiledóneas. Hasta la fecha se han identificado 2.500 especies de palmeras de todo el mundo; se las encuentra en lugares tan diversos como bosques tropicales, humedales, desiertos y hasta en las montañas heladas del Himalaya. Los métodos de cultivo y las técnicas de mantenimiento pueden diferir de una especie a otra; siempre es conveniente consultar a un especialista antes de la compra. Un comprador potencial haría bien en aprender acerca de las características de la especie que le interesa. Las especies más grandes de palmeras son gigantes que pueden alcanzar los 60 m de altura, mientras que las más pequeñas rara vez alcanzan los 3 m.

La palmera: cultivo y mantenimiento

Las especies de palmeras disponibles en centros de jardinería e invernaderos comparten características similares que pueden proporcionar las directrices generales para su cultivo y mantenimiento. La mayoría no tolera bien las muy bajas temperaturas del invierno, y por ese motivo su cultivo en exteriores en Europa se realiza casi exclusivamente en la región mediterránea y en Francia. El cultivo en interiores, en cambio, es perfectamente posible en un apartamento correctamente calefaccionado y aireado.

La reproducción de la palmera se realiza casi exclusivamente a través de la siembra; la planta tardará varios años en tener el aspecto de una verdadera palmera. Sin, embargo, existen unas pocas especies que producen retoños utilizables para la reproducción. Para ello, hay que esperar a que el retoño tenga al menos tres hojas o frondas y algunas raíces propias. Entonces se lo puede separar de la planta madre con un cuchillo afilado, sin olvidar poner fungicida en la herida para prevenir toda contaminación bacteriana. El retoño es muy frágil en esta etapa y requiere un cuidado especial. Se lo debe plantar en una mezcla de turba y arena húmeda, envolver todo con una bolsa de plástico y almacenarlo a una temperatura de 21 a 24°C. Cuando el crecimiento se reanude hay que proceder a un riego muy fino, ir quitando de a poco la cobertura plástica y después de 3 meses de rebrote realizar el trasplante.

Las palmeras no son propicias a contraer ninguna enfermedad en particular, pero pueden ser víctimas de arañas rojas y de cochinillas. Sólo en este caso se recomienda un tratamiento insecticida o acaricida. Para remediar la situación, también es posible aumentar la humedad en el aire, ya que se trata de criaturas que sólo son prolíficas en una atmósfera seca.

El cultivo de palmeras en interiores

Las palmeras reaccionan de manera diferente según estén plantadas en interiores o al aire libre. A diferencia del cultivo en exteriores, la palmera cultivada en interiores no madura nunca por completo: incluso si tratamos de reproducir las condiciones naturales de cultivo en exteriores, la planta seguirá siendo frágil, ya que tiene una enorme necesidad de calor y luz indirecta. En menor medida, también necesita abono de liberación lenta. En cuanto al trasplante, se debe realizar cada 3 años para que la planta no se ahogue. En lo que respecta al medio ambiente, la palmera se desarrolla bien en una atmósfera húmeda, por lo que es recomendable humidificar la habitación en la que se la colocará. En períodos de alta temperatura es beneficioso para la planta rociar las hojas con agua, mientras que en invierno es aconsejable disminuir el crecimiento de la palmera de apartamento, reduciendo la frecuencia de riego y limitando al mínimo el suministro de fertilizante. El reposo hará que planta pase mejor el invierno.

El cultivo de palmeras al exterior

En las zonas cálidas o donde al menos los inviernos son suaves, las palmeras suelen aclimatarse bien al cultivo en exterior. La palmera a plantar puede elegirse entre aquellas especies más resistentes al frío, tales como Chamaerops humilis, que puede soportar temperaturas de hasta -15°C, o la Phoenix canariensis, que puede soportar temperaturas de hasta -10°C. La plantación se llevará a cabo en primavera, previa comprobación de que el suelo haya tenido tiempo de calentarse con el calor del día. También es importante hacer los hoyos lo más grandes posibles. A la llegada del invierno, hay que pensar en proteger la base de la palmera con paja, corteza y hojas.

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Publicado en Arboles y arbustos por Alejo el 14 Jun 2011