Utilizadas para estabilizar y enriquecer un suelo y conservar su humedad, pero también para llenar espacios vacíos y mejorar la estética de un jardín, las plantas cubresuelo tienen un gran interés. Asimismo, ofrecen igualmente una amplia gama de especies y variedades, la mayoría de las cuales se adapta fácilmente a diferentes medios y a suelos tanto secos como húmedos, y por lo general no requieren un mayor mantenimiento, excepto con respecto a la regulación de su proliferación.

Las variedades y tipos de plantas utilizadas como cubresuelo son numerosas. La elección depende de la finalidad buscada: fertilización, mantenimiento de la humedad, lucha contra las malas hierbas, estabilización del suelo y/o embellecimiento del jardín.

Por qué cultivar plantas cubresuelo

Las plantas rastreras permiten proteger el suelo de las inclemencias del tiempo. Efectivamente, una superficie desnuda es fácilmente erosionada por el viento y la escorrentía, que se lleva la capa superior, la más propicia para las plantas. Además, un suelo sin cobertura tienden a disgregarse y pulverizarse fácilmente. La mejor solución para estabilizarlo es hacer crecer en él plantas cuyas raíces lo densifiquen y lo compacten. Por otra parte, una cobertura vegetal también es conveniente para limitar la evaporación de agua y el resecamiento del suelo.

La presencia de cultivos de cobertura puede enriquecer el suelo, ya que producen y liberan diversos elementos (nitrógeno, hierro) a través de reacciones químicas y otros procesos. Estos elementos alimentan tanto a los microorganismos como a las otras plantas cercanas. También se las puede utilizar como fertilizante natural, enterrándolas de modo que su descomposición forme un humus rico en materias orgánicas y un hábitat privilegiado para los microorganismos.

Finalmente, los cultivos de cobertura se utilizan también como plantas ornamentales. Por todo ello, a fin de no dejar espacio para las malas hierbas las superficies vacías se ocupan con plantas cubresuelo. Así, para cubrir de verdor un espacio vacío, los cultivos de cobertura son una buena alternativa al césped. Por otra parte, las plantas cubresuelo pueden igualmente utilizarse para mejorar la apariencia de un jardín, por ejemplo en términos de color, pero también para hacerlo más perfumado. En resumen, las plantas tapizantes permiten aumentar el aspecto ornamental del jardín.

Cómo elegir una planta tapizante

Al igual que todas las especies vegetales, cada cultivo de cobertura tiene sus necesidades específicas. De hecho, y aunque la mayoría de estas plantas se adapta generalmente a diferentes latitudes, necesitan de todas formas una serie de condiciones mínimas (que varían según la especie) para poder desarrollarse bien. Por lo tanto, lo mejor será elegir una planta que pueda evolucionar fácilmente en las condiciones locales. Si de todas formas usted se inclina por una planta más \”exótica\”, prepare un entorno más favorable mediante una enmienda del suelo o la fertilización con un abono. Por otro lado, algunas especies tienen un crecimiento rápido y son particularmente prolíficas; sin vigilancia, se corre el riesgo de que invadan el jardín. Una planta cubresuelo debe en principio aportar un beneficio al jardín. Por ello, conviene evitar combinarlas con especies que vayan a competir directamente con ellas o que les impidan que crecer y desarrollarse normalmente.

La elección de un cultivo de cobertura debe basarse en los resultados esperados. De hecho, hay tres categorías principales de plantas cubresuelo, empezando por las tapizantes (césped), que no llegan a los 20 cm, son ideales para formar una cubierta vegetal y pueden enterrarse  directamente en el suelo y ser utilizadas como abono verde. Los cultivos de cobertura de tamaño medio, por su lado, miden entre 20 y 40 cm son muy prácticos para ocultar un pequeño muro. Por último, las plantas cubresuelo de mayor altura, de 40 a 60 cm, pueden usarse para estabilizar un talud. De todas formas, más allá de su tamaño, los cultivos de cobertura pueden elegirse de acuerdo a otros parámetros, tales como su persistencia y longevidad, su intensidad, sus hojas y sus flores. Además, también se debe considerar que algunos cultivos de cobertura necesitan un espacio más soleado que otros. Así, están los que requieren más de 6 horas de luz solar directa por día, los de sombra parcial, de 3 a 6 horas al día, y, finalmente los de sombra, que se satisfacen con menos de 3 horas de sol diarias. Con respecto a la humedad del suelo, algunos cultivos requieren suelos secos y otros húmedos y con buen drenaje. También están las plantas cubresuelo que se desarrollan bien en suelos muy húmedos, con mucha humedad sin ser pantanosos.

Para la plantación en sí, hay que saber que los cultivos de cobertura pueden plantarse en cualquier período, pero lo mejor es hacerlo al final del verano. El riego es especialmente importante durante el primer año, pero también durante los períodos de sequía. Por último, su mantenimiento requiere tanto un deshierbe continuo como el control de su propagación y su proliferación.

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Publicado en Plantas cubresuelo por Alejo el 28 Jul 2011