Algunos jardineros tienen dificultades para conseguir un buen rendimiento de lechugas y otras hortalizas de hoja debido a que las variedades o especies que cultivan no pueden adaptarse al clima de la zona de plantación. De hecho, algunas variedades de lechuga se desarrollan bien en climas templados, mientras que otras hortalizas de hoja soportan las heladas. Sin embargo, las plantas de lechuga se adaptan con facilidad a su medio ambiente adoptado siempre que se cumplan las condiciones mínimas de cultivo.

Las hortalizas de hoja son algunas de las verduras que se cultivan fácilmente y se cosechan poco después de la plantación. Además, lechugas y similares son excelentes para la salud porque contienen, en diferentes proporciones según el caso, fibras y minerales vitales pero pocas calorías. Es posible cultivar diferentes variedades de lechugas y verduras de hoja a lo largo del año, siempre que se elijan variedades que puedan resistir el clima de cada estación. De hecho, algunas especies pueden cultivarse en invierno, otras crecen mejor en primavera y un tercer tipo de estas hortalizas necesita que haga mucho calor para dar sus mejores hojas.

Lechugas para cultivar en invierno

Las lechugas que no temen el frío o las heladas tardías son aptas para crecer a campo abierto, y existen variedades específicas para cultivar en otoño y otras para hacerlo en invierno. Estas variedades de lechugas cultivadas en la tierra crecen correctamente en condiciones severas y además proporcionan abundantes cosechas. Sin embargo, las heladas tardías tienden a alargar el ciclo vegetativo y la duración de la plantación, aunque esto no tiene impacto en la cantidad de la cosecha. Para la plantación de lechugas durante las estaciones frías es aconsejable dejar un tercio de la planta por encima de la superficie del hoyo: esto evitará que se pudran el cuello, los tallos aéreos y las hojas. Antes de pasar al cultivo se recomienda trabajar la tierra a unos diez centímetros de profundidad, y también es necesario hacer un suministro de estiércol. El paso siguiente es proceder a la plantación, dejando una distancia media de 25 centímetros entre cada planta de lechuga, salvo en el caso de la escarola y la achicoria, que requieren un espacio intersticial de 40 cm. Las lechugas aptas para una plantación otoñal o invernal incluyen variedades acogolladas (entre ellas, algunos tipos de Batavia) y otras lechugas verdes, rubias y coloradas.

Lechugas para cultivar a partir de mayo

Existen diversas variedades de lechuga para cultivar en el mes de mayo, un período en que las heladas tienen cada vez menos influencia en la temperatura del suelo. Las variedades ideales para el cultivo en este período son las lechugas de hoja suelta, porque sus raíces no necesitan llegar muy profundo para obtener los elementos esenciales para su crecimiento. El mes de mayo es el mejor momento para cultivarlas, ya que estimula el crecimiento de las hojas y la calidad de la cosecha. Sin embargo, este tipo de lechugas no soportan las altas temperaturas, que provocan la aparición temprana de las semillas. La siembra de las lechugas de hoja suelta debe realizarse a partir de la segunda quincena de abril.

Lechugas y verduras de hoja de primavera y verano

La primavera es la estación ideal para cultivar la mayoría de las lechugas y hortalizas de hoja, ya que la temperatura es suave y promueve el crecimiento de las plantas. Así, pueden plantarse incluso variedades poco sensibles al frío, como las batavia y otras variedades aptas para el cultivo a campo abierto. A partir de marzo, es posible plantar achicoria rizada, y en abril las plantas de escarola podrán ser preparadas para la siembra de semillas. La achicoria rizada y la escarola se cultivan desde que empiezan las temperaturas suaves y hasta el verano. Lo mismo sucede con diversas variedades de lechuga.

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Publicado en Tareas del huerto por Alejo el 28 Sep 2011