Para tener un jardín agradable, la preparación del suelo es un paso que no debe pasarse por alto. De hecho, el suelo es un elemento importante en el jardín, ya que es lo que provee el alimento de las plantas. La preparación se puede hacer manualmente, pero algunos trabajos requieren equipos mecánicos. El conocimiento del tipo de suelo es un requisito previo para determinar los cuidados a aportar, especialmente en cuanto a las enmiendas.

La preparación del suelo para la jardinería incluye trabajos mecánicos que se realizan manualmente o con máquinas, así como las enmiendas. Mientras que los trabajos mecánicos tienen como objetivo mejorar la estructura y la textura del suelo, las enmiendas se utilizan para corregir la composición del suelo proporcionando los nutrientes esenciales para el crecimiento vegetal.

El conocimiento del suelo, indispensable definir los trabajos a realizar

El conocimiento del tipo de suelo es esencial para determinar las enmiendas y trabajos por hacer. El primer tipo de suelo es el suelo equilibrado, que tiene un pH neutro, entre 6 y 7. Las plantas indicadoras (\”bioindicadoras\”) de este tipo de suelo son el trébol manchado o lucerna de Arabia, la acedera, el llantén menor, siete venas o alpiste pajarero y la pamplina o hierba gallinera. El suelo alcalino tiene un pH superior a 7. Las plantas indicadoras son el brezo, la retama negra y el abedul. Los suelos ricos en carbono se caracterizan por la presencia de plantas como la zarza, el endrino, el rosal silvestre o escaramujo, la hiedra, el espino blanco, y las plantas de pre-bosque o preforestales. Finalmente, los suelos ricos en potasio o en nitrógeno se utilizan en el cultivo de plantas nitratófilas como la sausana y la correhuela mayor.

La preparación del suelo para el huerto

Los trabajos comienzan por la limpieza del terreno, que incluye retirar las raíces, las piedras y los troncos viejos. Si el suelo está cubierto de hierba, el uso de un herbicida elimina por completo la vegetación existente. El uso de una motoazada es más apropiado para grandes áreas, ya que facilita la tarea. Los trabajos mecánicos incluyen el desfonde, que consiste en trabajar el suelo con excavación de zanjas mecánico que se utiliza para labrar la tierra con una desfondeadora. La labranza mejora la aireación del suelo a una profundidad de 20 a 30 centímetros, mientras que la mezcla consiste en \”destripar\” y mezclar los terrones y se realiza con una rastra se devuelve con un rastrillo o una motoazada. Para mejorar la estructura del suelo hay que utilizar turba de musgo, que produce tierra negra al descomponerse. Esto hace que el suelo arcilloso se vuelva más ligero y el suelo arenoso retenga mejor el agua. El suministro de estiércol, por su lado, intensifica la actividad microbiana, lo que facilita la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Para los grandes jardines, la instalación de camas para cultivo en filas simples o múltiples facilita el mantenimiento mecánico. El cultivo a ras del suelo es más adaptado para huertos pequeños mantenidos manualmente.

Preparación del suelo para la plantación de rosas

Antes que nada, el drenaje será un trabajo preliminar si el suelo ha recibido mucha agua después de una gran lluvia. La preparación del suelo que recibirá los rosales consiste en enmendar el suelo según su composición. En efecto, un suelo demasiado arcilloso, humífero o calcáreo requerirá una modificación para adaptarse a las rosas. El suelo debe ararse a una profundidad de 50 a 60 centímetros 15 días antes de la plantación, y hay que retirar malas hierbas, raíces viejas y guijarros. Por otro lado, el suministro de un fertilizante completo, con nitrógeno, potasio y ácido fosfórico, ayuda a enriquecer el suelo. Por último, es bueno utilizar abonos orgánicos como el mantillo o el compost complementariamente al fertilizante mineral.

Consejos útiles para tener éxito su trabajo

Para facilitar el trabajo y evitar problemas de espalda, se recomienda el uso de una motozada. De hecho, este dispositivo trabajará por usted en cada etapa de preparación del suelo: eliminación de la capa vegetal y trabajo de la capa del suelo con movimientos de ida y vuelta. La inversión de las fresas (las partes activas de la azada o fresadora mecánica) ara la tierra, retira las malas hierbas y mezcla la tierra entre las hileras de cultivo. La preparación del suelo para la próxima temporada de cultivo, por su lado, consiste en extender una capa de compost de 8 centímetros de espesor. El compost se mezcla con el suelo utilizando la motoazada. El terreno estará listo para la próxima temporada, ya que los materiales utilizados para la fertilización habrán tenido tiempo suficiente para descomponerse y nutrir el suelo.

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Publicado en Tareas del huerto por Alejo el 30 Aug 2011