Tener hortalizas frescas durante todo el año, extender el período de floración, disfrutar de cosechas fuera de temporada y limitar el volumen de la cosecha almacenada simultáneamente: todo esto es posible gracias a la siembra escalonada. La manera de realizarlo depende de la elección de las variedades mejor adaptadas a la meta de producción. También se pueden considerar las diferentes técnicas y trucos de cultivo como el forzamiento o la aplicación de un regulador del crecimiento. 

La siembra escalonada permite obtener pequeñas producciones extendidas en el tiempo. Este método tiene muchas ventajas, entre ellas un mejor manejo de la cosecha y el almacenamiento. Aquí encontrará algunos consejos sobre cómo implementar esta gestión de la siembra. 

Beneficios de la siembra escalonada 

Sin intervención humana, las plantas germinan y crecen de acuerdo al clima y dan frutas y semillas en una fecha determinada del año. Por otro lado, es posible modificar la fecha de siembra para cosechar fuera del período determinado; en efecto, el objetivo principal de la siembra escalonada es obtener cosechas fuera de temporada. Si se sigue este procedimiento correctamente, obtener hortalizas en el invierno ya no será imposible. De este modo, la siembra escalonada permite extender la temporada de cosecha y poder consumir la o las hortalizas en cuestión durante la mayor parte del año. Por ejemplo, será posible cosechar rábanos prácticamente de marzo a diciembre, mientras que la plantación de gladiolos desde marzo hasta mediados de abril permite obtener una floración durante 2-3 meses. Por otro lado, la siembra escalonada permite disfrutar de productos frescos durante gran parte del año y de hortalizas jóvenes varias veces al mes. Esto último es importante para las hortalizas como el rábano, que no se puede almacenar y pierde su sabor y su carácter crocante 2 días después de su recolección. 

Por otra parte, la siembra escalonada también permite administrar mejor la cosecha para no estar abrumados con el trabajo. En condiciones normales de crecimiento, diversas variedades y especies de plantas dan sus cosechas en la misma estación. En el peor de los casos esto puede ocurrir en la misma semana o incluso el mismo día. Para retrasar un poco la temporada de cosecha de una especie con respecto a otra es posible modificar el período de siembra. Esto influirá evidentemente también en el momento de la recolección, haciendo el trabajo más fácil. Así, en lugar de cosechar por ejemplo 20 kilos de judías verdes a la vez, escalonando la siembra se puede extender la recolección a lo largo de dos meses y recolectar cada semana sólo 1 kg de judías. El escalonamiento de la temporada de cosecha también facilita la recolección de calabacines y rábanos, que corren el riesgo de madurar demasiado si se los deja demasiado tiempo en el lugar. Finalmente, este método permite producir el mínimo necesario sin que haya demasiado excedente. Esto evitara tener que almacenar mucho, lo que aumenta el riesgo de ataques de insectos, de enfermedades y de podredumbre. 

Por último, una plantación escalonada nos permite gestionar mejor el desarrollo de las plantas en el jardín. Por ejemplo, la aplicación de este método permitirá modificar el período de floración de dos cultivares diferentes para que que no haya polinización cruzada. Asimismo, es posible regular el crecimiento de especies que crezcan como cultivos asociados para que puedan recibir el mismo tratamiento al mismo tiempo. Esto es importante cuando el tratamiento debe llevarse a cabo en un momento específico del desarrollo del cultivo. Esta gestión del crecimiento de la planta es muy útil, sobre todo en las huertas a cuadros, donde el desarrollo de una especie debe corresponder lo más posible al de las otras. 

Cómo escalonar la siembra 

Consultar el calendario de cultivo de cada variedad es la forma más fácil de escalonar la siembra. En efecto, el calendario nos proporciona información sobre el ciclo de crecimiento de cada especie, así como las fechas de siembra y cosecha óptimas. Así, al comparar la información de los calendarios podremos determinar las mejores combinaciones de fechas de siembra. Por ejemplo, el calendario indica que para obtener puerros todo el año se puede sembrar en enero, marzo, mayo y agosto. El rábano, en cambio, se puede sembrar casi cada dos semanas, y gracias a su ciclo de crecimiento corto la cosecha se puede hacer hasta diciembre. Estas combinaciones de fechas de siembra tienen en cuenta el uso de diferentes variedades, ya que algunas tienen producciones tempranas y otras producciones tardías.

Otra manera de escalonar la cosecha es sembrar directamente en la tierra, haciendo una siembra espesa. A medida que se desarrolle el cultivo podremos empezar a aclarar y llevar a cabo al mismo tiempo una cosecha temprana. Esta técnica, en la que gran parte de la primera siembra se consume inmadura, funciona con especies como ajo, lechuga, o zanahoria. Sólo una parte llega a la plena  madurez.

Por último, el forzamiento es otro método de cultivo, en el que se utilizan al máximo las ventajas de un semillero. De hecho, la siembra en semillero permite tener el control sobre el desarrollo de la planta, eligiendo previamente la fecha del trasplante. Por otro lado, el uso de un invernadero o de un túnel de plástico permite optimizar el uso del semillero, y la siembra podrá hacerse tan pronto como se desee.

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Publicado en La siembra por Alejo el 08 Sep 2011