La jardinería es una actividad que consiste en cultivar y mantener un huerto o un jardín, y que cuando no es una profesión se la práctica para obtener una satisfacción personal con fines recreativos y para distraerse. Hace falta un mínimo de conocimientos prácticos para obtener una mejor cosecha de hortalizas y tener hermosas flores. También es necesario que la pasión se alíe con la paciencia para que el trabajo sea más fácil.

Es agradable tener bonitas flores y bellos árboles en nuestro hogar, así como poder probar el sabor de las frutas y hortalizas de su jardín. La jardinería es un proceso que involucra varios pasos.

El trabajo del suelo

Antes de plantar, es necesario realizar una prueba del suelo para saber qué tipo de cultivo es el adecuado. La prueba consiste en tomar en sus manos un puñado de tierra y apretar. Si se forma una bola, se trata de un suelo arcilloso que responde más lentamente a los efectos del sol y que almacena el agua hasta un cierto límite. Como las partículas se comprimen, el suelo pasa a estar mal aireado y como consecuencia de esto el oxígeno no llega a las raíces. Si en cambio la tierra pasa a través de los dedos, se trata de un suelo arenoso. Este tipo está en general aireado y se calienta con la intensidad del sol. La mejor tierra de cultivo toma forma de granos y no fluye a través de los dedos cuando se la aprieta entre las manos. Se la denomina \”tierra arable\”, se caracteriza por un color oscuro y tiene un agradable olor a tierra.

La fabricación de compost no es una tarea difícil para un jardinero. Basta con recoger desechos de cocina o de jardín como hojas muertas no afectadas por enfermedades, restos de hortalizas y otras sustancias orgánicas. El compost no debe contener plásticos, metales ni vidrios. Su fabricación debe comenzar de tres a cuatro semanas antes de la realización del parterre.

La siembra y la plantación

Uno de los métodos de propagación de plantas es la germinación de semillas. Un jardinero tiene que saber qué tipo de siembra se debe utilizar para obtener un mejor rendimiento, y también es importante conocer el período propicio para garantizar la supervivencia de las plántulas. Algunas especies necesitan ser puestas en macetas antes de ser plantadas en el suelo; es el caso de las plantas que prefieren el calor o que tienen dificultades para crecer. Los centros de jardinería venden tierra especial para siembra en macetas, lista para usar. Una vez que hayan crecido las hojas embrionarias se podrá realizar el trasplante. Ciertas plantas se cultivan directamente en el suelo; las semillas se entierran en el suelo de forma manual o utilizando una herramienta como el rastrillo. La siembra en surco o hilera se recomienda para las hortalizas que no necesitan ser replantadas y que permanecerán en el mismo lugar hasta la cosecha. Es la forma de cultivo más simple. Es recomendable practicarla si se ignora el aspecto de los brotes, ya que facilita la escarda. Las semillas más finas no deben hundirse en el suelo, mientras que a las más grandes hay que enterrarlas unos centímetros. El cultivo mixto ofrece un ahorro de espacio: algunas especies pueden convivir en el mismo espacio y beneficiarse mutuamente; por ejemplo, las zanahorias repelen los insectos que atacan a las cebollas.

El mantenimiento del jardín

Los errores más grandes suelen cometerse en el momento del riego: si el jardinero no conoce la cantidad del agua requerida por las plantas, en lugar de nutrirlas puede matarlas. Antes de la siembra, la tierra necesita ser regada, ya que los nutrientes sólo están disponibles para la planta si el suelo está húmedo. El riego debe efectuarse por la mañana temprano. También hay que saber cuidar las plantas, asegurándose de que las hojas o los tallos no se vean afectados por agentes patógenos. Si se plantean estos casos, habrá que recurrir al uso de pesticidas.

La cosecha de frutas y hortalizas

La cosecha es la recompensa de los esfuerzos de meses o incluso años. Ciertos factores deben tenerse en cuenta en el momento de la cosecha, como por ejemplo el grado de madurez de las frutas y hortalizas y el clima. Asegúrese de que la fruta ha alcanzado la madurez tomándola en la mano y haciéndola girar; si se desprende fácilmente de la rama es que está madura, de lo contrario hay que dejarla madurar todavía. Las hortalizas de fruto como el tomate o el pimiento se cosechan en verano. Cuando ya están maduras son fragantes y su sabor es agradable. La cosecha debe ser almacenada en cajas en un ambiente fresco y oscuro.

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Publicado en Abecé del jardinero por Alejo el 14 Jun 2011