La congelación permite conservar alimentos frescos tales como carne, hortalizas y frutas, pero también platos preparados. Es una solución simple en comparación con la preparación de hortalizas en conserva. Sin embargo, para mantener su sabor y calidad nutricional, se debe proceder por etapas antes de la congelación. Bien preparadas, las hortalizas se pueden congelar hasta más de 6 meses o incluso un año.

La congelación casera requiere una preparación previa del congelador. En primer lugar, hay que comprobar el espesor del hielo, que no debe llegar a más de un centímetro. Si han pasado entre seis meses y un año desde la última descongelación del aparato, es el momento de volver a realizarla. De hecho, una capa de hielo espesa limita el rendimiento del congelador. Luego ponga la temperatura del electrodoméstico entre -24 ° C y -32 ° C durante al menos 8 horas antes de la congelación de las verduras. De hecho, el agua contenida en los vegetales se cristaliza a una temperatura más baja.

Las hortalizas que pueden ser congeladas

Las verduras que se pueden almacenar en el congelador son numerosas. Estas hortalizas incluyen zanahorias, guisantes, judías, tomates, coliflor o brócoli, puerros, hierbas, espinacas, calabacines, pepinos y muchas otras. Antes de la congelación puede ser necesario cortarlas, mondarlas, escaldarlas, picarlas, o simplemente dejarlas así para algunos vegetales.

¿Cómo preparar las hortalizas almacenadas en el congelador?

La mayoría de las hortalizas pueden guardarse en el congelador Sin embargo, algunas se conservan mejor o mucho más tiempo que otras. Por esa razón, la preparación de las hortalizas a conservar varía de una variedad a otra. Para que las hortalizas congeladas sean de buena calidad, es obviamente necesario el uso de vegetales frescos y no demasiado maduros. Así, si desea congelar las hortalizas de su huerto realice la operación inmediatamente después de la cosecha, con el fin de que conserven todos sus nutrientes. Comience por lavar bien las verduras en agua fría y enjuague bien. Dependiendo de las verduras, puede que deba mondarlas o cortarlas. Las zanahorias deben por ejemplo mondarse, pero no necesariamente cortarse. A los tomates y los pimientos, por ejemplo, no es necesario mondarlos y pueden dejarse enteros. Del mismo modo, los guisantes y las habas se pueden dejar como están. Los tallos de la parte posterior de las hortalizas de hoja como la espinaca deben eliminarse. Para otras hortalizas como las judías verdes y los guisantes hay que quitar los tallos y los rabillos. Brócolis y coliflores deben cortarse en trozos. Calabacines, pepinos y berenjenas deben conservarse en rodajas.

Escaldar las hortalizas a guardar en el congelador

Casi todas las hortalizas deben ser escaldadas antes de ser congeladas. La lista de excepciones incluye tomates, pimientos, calabacines y hierbas, que deben conservarse tal cual. El escaldado consiste en poner las hortalizas en agua hirviendo o al vapor durante unos minutos. Esta operación permite ralentizar la acción de bacterias y enzimas naturales. Así, las hortalizas no sufren la pérdida de calidad gustativa y nutricional. Sin embargo, el tiempo de escaldado es diferente para cada hortaliza, y debe ser respetado para mantener la calidad, la textura y el color de la hortaliza. Por ejemplo, las zanahorias enteras y los guisantes se escaldan durante 5 minutos. En cambio, el tiempo de escaldado de la coliflor, las judías verdes y las espinacas es de 3 minutos. Es especialmente recomendable poner gotas de jugo de limón en el agua hirviendo en el caso de la coliflor, para evitar que se oscurezca. Después del escaldado hay que enfriar las hortalizas inmediatamente con agua fría y luego dejarlas escurrir. Al final de la operación deben estar perfectamente secas.

Poner las hortalizas en el congelador

Independientemente de que se las haya escaldado, las hortalizas ya no deben gotear cuando se las envuelva para congelarlas. Si utiliza recipientes, deben ser totalmente herméticos y no se los debe llenar hasta el borde. En efecto, es necesario dejar espacio entre la tapa y las hortalizas en previsión de su expansión. Si utiliza bolsas de congelación, coloque las verduras y a continuación expulse el aire. Si queda aire en las bolsas es probable que los alimentos se oxiden. Cierre bien las bolsas de congelación luego de sacar el aire. Escriba el tipo hortalizas y la fecha de congelación en la parte superior de las cajas o bolsas, y luego colóquelas en el congelador. Después de 24 horas, reduzca la temperatura del congelador a -18°C, y mantenga esta temperatura durante la duración de la conservación. Es muy importante tener en cuenta que nunca se deben congelar alimentos descongelados, para no correr riesgo de envenenamiento.

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Publicado en La cocina del huerto por Alejo el 14 Jun 2011