Una planta que crece bien en suelos calcáreos no se desarrollará igual de bien en un suelo arcilloso. Por ende, es importante conocer la naturaleza del suelo antes de poder elegir los cultivos apropiados. Para ello se pueden observar algunos indicios y realizar determinadas pruebas simples. De todas formas, para obtener más precisiones se recomienda llevar a cabo pruebas y exámenes químicos, que permitirán efectuar las correcciones necesarias si hace falta.

El suelo se compone de varios elementos, y el más abundante de estos le conferirá sus características. Pero además de esto también deben considerarse otros parámetros para determinar la naturaleza, como por ejemplo su textura, su estructura y su pH. Finalmente, tampoco hay que dejar de lado el tenor del suelo en materia orgánica, ya que esta información puede ser muy útil para poder determinar si el suministro de nutrientes será adecuado para las plantas a cultivar.

Las características del suelo

La textura del suelo consiste en las propiedades físicas del mismo que pueden ser apreciadas por la vista o el tacto. Por ejemplo, se dice que un suelo es ligero cuando se deshace fácilmente entre los dedos y pegajoso en caso de humedad abundante. La permeabilidad del suelo también es un factor a considerar. Para determinarla hay que cavar un hoyo de 30 cm de profundidad en el suelo a estudiar, en el cual hay que verter agua y evaluar el tiempo que toma en infiltrarse. Si el suelo es impermeable, el agua permanecerá mucho tiempo, lo que puede sofocar las raíces y aumentar el riesgo de aparición de varias enfermedades. En la mayoría de los casos, alcanza con agregar arena para resolver este problema, pero a veces es necesario establecer un sistema de drenaje subterráneo. El pH del suelo también debe ser determinado: aunque algunas plantas prefieren suelos ácidos y otras los suelos básicos, la mayoría es capaz de adaptarse a un terreno neutral. Para averiguarlo alcanza con utilizar un papel indicador de pH, disponible en farmacias o droguerías. El procedimiento consiste en colocar un puñado de la tierra a evaluar en un recipiente de agua destilada, y a continuación hay que agitar la mezcla durante unos segundos antes de sumergir el papel indicador. Esto permite obtener un valor aproximado del pH. A título informativo, es útil saber que una tierra neutra tiene un pH neutro de 7, una tierra ácida un pH por debajo de 7 y un suelo alcalino o básico un pH por encima de 7.

El suelo rico en humus

Los suelos se clasifican en general en 4 categorías: humífero, calcáreo, arcilloso y arenoso, aunque también puedan definirse otros tipos. Un suelo humífero se distingue por su color oscuro; rico en humus, reserva nutrientes para las plantas y se trabaja fácilmente. No es impermeable pero conserva bien el agua. Sin embargo, tiene una alta acidez, por lo que puede no ser conveniente para muchas plantas. De hecho, las únicas plantas silvestres que crecen en este tipo de suelo son principalmente musgos y helechos. Por ello, es imprescindible corregir la acidez mediante la adición de cal muerta a razón de un tratamiento cada dos años. También es aconsejable aumentar la permeabilidad mediante la adición de arena y arcilla, con la misma asiduidad que la del agregado de cal apagada. Un suelo humífero enmendado es perfectamente adecuado para el cultivo de patatas, tomates, puerros y ajos.

El suelo calcáreo

A diferencia del suelo humífero, el suelo calcáreo es básico y posee un color claro casi blanco. Como es pedregoso, permite que el agua pase fácilmente y que los nutrientes estén muy accesibles para las plantas. Con este tipo de suelo, la transformación de la materia orgánica en humus se hace rápidamente. Seco y caluroso en verano, se convierte rápidamente en un lodazal cuando llueve. Algunas flores crecen espontáneamente en un suelo calcáreo: azulejos, amapolas y cardos. Para enmendarlo hay que reducir la alcalinidad proporcionando estiércol, turba y tierra de brezo. Algunas hortalizas como zanahorias, berenjenas, patatas, tomates, guisantes y chalotes se adaptarán con facilidad, al igual que frutas como uvas, ciruelas y avellanas.

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Publicado en Tareas del huerto por Alejo el 29 Aug 2011