Cultivar ágaves es un verdadero placer para los amantes de la jardinería y los entusiastas de las plantas raras. Los ágaves son en efecto especies de fácil cultivo, y muchas especies se adaptan muy bien a condiciones climáticas extremas como un sol abrasador, una sequía prolongada e incluso temperaturas muy bajas. Se trata de plantas \”ecológicas\” que requieren poco riego y se aclimatan perfectamente al clima del sur de Francia.

Los ágaves son plantas de la familia Agavaceae originaria de México, pero sin embargo se adaptan muy bien a los climas europeos. Existen más de 200 especies de ágave en el mundo, y también se pueden encontrar algunas en estado silvestre en la cuenca del Mediterráneo. El ágave americana (Agave americana), agave amarillo, pita o maguey está muy extendida en Europa y es la especie más rústica que existe. El cultivo de esta planta no presenta demasiados problemas, ya que es poco lo que necesita para ser capaz de crecer satisfactoriamente. La planta también tiene la propiedad única de almacenar agua en sus células, a través de sus tallos u hojas, lo que le permite sobrevivir a largas sequías. Los ágaves son resistentes a las condiciones extremas tanto de calor como de frío. En algunos países, como en México, el ágave se utiliza en la fabricación de diferentes productos: está presente en la famosa bebida que es el tequila, en el mezcal y en el pulque (que se produce por fermentación) y en fibras textiles como la crin vegetal o el sisal. El ágave americana o maguey también se utiliza en la farmacopea vegetal y sería una cura para diversas dolencias.

Las características de los ágaves y sus condiciones de cultivo

Los ágaves pertenecen a la categoría de plantas conocidas como suculentas o crasas vivaces. El ágave americana también es conocida como \”la planta centenaria\”, en referencia a su impresionante longevidad y a su gran resistencia al cultivo a la intemperie. Las hojas suelen ser variegadas y con bandas blancas o amarillas. Cuando llegan a su madurez, las ágaves americanas pueden llegar fácilmente a 1 m de altura. Cultivadas en condiciones ideales, pueden florecer después de varios años, normalmente entre 10 y 15.

Los magueys son los agaves que mejor se adaptan al clima europeo, ya que son muy rústicos y resistentes a las grandes diferencias de temperatura entre verano e invierno. Los agaves son a menudo usados ​​para adornar jardines proporcionando un toque de exotismo y refinamiento, debido a sus patrones geométricos que la distinguen de las otras plantas. Para un cultivo exitoso necesitan un suelo bien drenado y arenoso y una exposición prolongada a la luz del sol. Los agaves son plantas que se adaptan perfectamente a los cambios de temperatura, ya que resisten sin dificultad a 40˚C a pleno sol y a -10˚C en invierno. Es importante saber que se trata de plantas que no necesitan obligatoriamente un riego regular, ya que todas las especies disponen de reservas de agua. Se puede proceder a un riego moderado durante la primavera y el verano, pero hay que disminuir considerablemente el suministro de agua durante el otoño y el invierno.

Cultivo y mantenimiento de ágaves

Antes de comenzar a sembrar las semillas de agave, es bueno saber que se las puede conservar al menos un año secas en el refrigerador. No existe realmente un período específico para la germinación de semillas, ya que la operación se puede hacer durante todo el año. Se las puede colocar en una terraza o contra una pared y ponerlas también en una maceta si así lo desea. Para el cultivo en bandeja, hay que asegurarse de colocar la planta en invernadero frío durante el invierno. Usted podrá mezclar compost que incluya tierra de jardín con una cantidad equivalente de tierra de brezo. Verifique que su planta recibe un riego ligero pero regular, especialmente durante el verano; luego reduzca la frecuencia de riego a la llegada del otoño y suspéndalo totalmente durante el invierno. Para favorecer el crecimiento, es recomendable cortar el tallo florífero apenas aparece en la planta.

Para un cultivo en tierra, se puede optar por la misma mezcla que para la plantación en maceta, pero si prefiere también puede utilizar una mezcla de 50% de arena y 50% de tierra del jardín. Si usted se encuentra en una zona en el que las temperaturas desciendan a veces hasta 10˚C durante la noche, deberá suministrar abono al menos una vez cada tres semanas para que las plantas puedan conservar su reserva de líquido, lo que permitirá que la planta crezca más rápido. Durante un período de sequía demasiado largo, es importante efectuar un riego ligero una vez por semana. Para la propagación de los ágaves, es importante tener en cuenta que la inflorescencia suele producir semillas o bulbillos, que se desarrollarán luego como raíces y brotes de hojas. Usted puede permitir que se produzca la multiplicación natural dejando que las semillas o bulbillos se propaguen naturalmente. También es posible proceder a la multiplicación por esquejes de hoja. Para ello hay que dividir las hojas con un corte limpio y preciso y luego plantar los esquejes una vez que estén completamente secos.

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Publicado en Suculentas por Alejo el 11 Aug 2011