El brócoli es una hortaliza apreciada tanto por su sabor como por sus propiedades terapéuticas contra el cáncer, la diabetes y las infecciones microbianas. De uso muy extendido en la gastronomía, sirve para realzar el sabor de los platos. Para cultivar brócolis con éxito conviene respectar el calendario de cultivo y llevar a cabo un mantenimiento regular y tratamiento preventivos contra las enfermedades y las plagas.

Los brócolis (Brassica oleracea) son hortalizas de origen italiano, y pertenecen a la familia de las brasicáceas. El término proviene del italiano brocco, que significa \”brote\” o \”botón\”. De hecho, el brócoli es el botón de la flor de determinadas grandes variedades de col como el brócoli, el brócoli anual y el romanescu. Los brócolis pueden ser morados, amarillos o verdes, con hojas de color verde azulado o púrpura, y se considera que tienen propiedades contra el cáncer debido a sus altos niveles de beta-caroteno, vitamina A, vitamina B2, vitamina B9, vitamina C, vitamina E y vitamina K. Los brócolis son especialmente ricos en sulforafano, que son isotiocianatos anticáncer, antidiabéticos y antimicrobianos. En cuanto a la vitamina C, 200 gramos de la hortaliza son suficientes para proporcionar la cantidad diaria necesaria para un adulto sano. El brócoli también contiene minerales como fósforo, hierro, magnesio, potasio y calcio, y el cogollo es la única parte comestible. Se suele encontrar brócoli todo el año en los comercios, pero se trata en su mayor parte de productos importados.

La técnica de cultivo del brócoli y el calendario a seguir

Las variedades tempranas se siembran en cajonera en marzo y se trasplantan en junio; las otras especies directamente en tierra, en un suelo preparado a tal efecto durante mayo y junio. Los brócolis se cosechan después de 5 a 6 meses de cultivo. Estas plantas tienen la ventaja de no ser complicadas, y por lo general se adaptan a todo tipo de suelos. Sin embargo, y con el fin de crear el ambiente propicio para su óptimo desarrollo, es muy recomendable preparar el terreno de antemano, de manera de proporcionar un suelo rico, fresco y bien drenado. Se debe agregar a la tierra (situada preferentemente en un lugar expuesto al sol) un complemento de estiércol de 5 kg por metro cuadrado. En cuanto al riego, aunque los brócolis necesitan un suministro regular de agua se debe tener en cuenta que no soportan bien el agua estancada. 
Las variedades tempranas, como ya se dijo, se siembran en marzo en cajonera, y en mayo se debe proceder al trasplante en tierra. Se deben enterrar las raíces hasta la base de las primeras hojas, dejando un espacio de entre 60 y 70 cm entre cada planta, y luego apisonar bien alrededor.

Las otras especies, en cambio, se siembran al voleo en una tierra preparada en mayo y junio, teniendo cuidado de hundir suavemente las semillas y apisonar ligeramente por encima. Durante el mes siguiente se debe regar regularmente (evitar el riego a chorros) hasta la aparición de las primeras hojas. En ese momento deben ponerse las plantas en semillero durante un mes y medio, enterrando las semillas hasta la base de las primeras hojas con una separación de 10 cm entre cada una.  Luego de ese tiempo se deben trasplantar con una pala plantadora las plántulas que tengan de 4 a 6 hojas, teniendo cuidado de dejar un espacio de 60 a 70 cm entre planta y planta y enterrando las raíces hasta la base de las primeras hojas, para terminar apisonando firmemente la tierra alrededor. La cosecha debe llevarse a cabo cuando los capullos todavía están densos y cerrados. Se debe tener especial cuidado de no esperar a que el brócoli sea más grande que los de los comercios para no obtener brócolis florecidos no aptos para el consumo. El procedimiento consiste en cortar con un cuchillo el tallo central cerca de la base de la inflorescencia, lo que permitirá que se desarrollen luego brotes secundarios más pequeños.

El mantenimiento de los cultivos de brócolis

Para desarrollarse normalmente, el brócoli tiene una necesidad constante de agua, por lo que es indispensable regarlo diariamente de manera suficiente. Es igualmente apropiado fertilizar el suelo con abono orgánico, de origen animal, vegetal o sintético. Por otra parte, el brócoli tiene muchos depredadores naturales, como el pulgón de la col o pulgón ceroso (Brevicoryne brassicae), la babosa, el caracol y la mariposa de la col. Es importante entonces controlar regularmente la cosecha, ya que el daño puede ser mayor de lo esperado.

Las mariposas de la col se alimentan particularmente de las hojas, de las que pueden no dejar más que las nervaduras. Para combatirlas hay que utilizar con precaución un insecticida biológico, asegurándose de respetar cuidadosamente las dosis prescritas y la frecuencia de uso. También es posible pulverizar una solución a base de plantas como tanaceto, ajenjo, rotenona o piretrina. Algunas plantas compañeras que también pueden ser de gran ayuda para alejar estos insectos son el apio, la espinaca, el trébol, el ajo, el hinojo, el romero, la salvia y la menta. Es esencial no olvidar desmalezar regularmente para evitar que se instalen insectos.

Por último, el brócoli también puede ser afectado por el mildiu; lo ideal es realizar un tratamiento preventivo, desmalezando desde la aparición de las primeras hojas y eliminando las plantas afectadas. Es importante igualmente evitar la humedad en las hojas, seleccionar las variedades más resistentes como la romanescu y rociar con purín de cola de caballo, ampliamente disponible en los comercios.

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Publicado en Crear un huerto por Alejo el 03 Aug 2011