El rábano es una hortaliza fácil de cultivar, que crece bien en suelos ligeros y sueltos y necesita un riego copioso y regular. El ciclo de crecimiento del rábano suele ser muy rápido y lo protege de insectos dañinos y enfermedades, lo que facilita enormemente el mantenimiento. La siembra del rábano puede extenderse a lo largo de varios meses, y se puede repetir a voluntad para obtener cosechas durante todo el año.

El rábano es una planta muy fácil de mantener, que por ende puede ser de sumo interés para los jardineros principiantes. Aquí encontrará consejos acerca de los métodos de cultivo y las técnicas de mantenimiento para mejorar las posibilidades de éxito.

Definiciones y generalidades

Incluida entre las hortalizas, el rábano se cultiva por sus raíces comestibles. La raíz del rábano existe en una gran diversidad de formas y de colores. Sin embargo, su imagen está asociada a la variedad conocida como \”rabanito\”, de raíces redondas y color rojo con la punta blanca. El rábano es consumido desde tiempos antiguos en China, Japón e India, y pertenece a la familia de las brasicáceas o crucíferas al igual que el nabo, la col y la mostaza. Es una planta de ciclo rápido que se puede cosechar tan sólo un mes después de la siembra.

Las variedades de rábanos y las formas de siembra

Dependiendo de la variedad, el rábano se puede sembrar desde mediados de febrero hasta octubre. Las variedades de rábanos pueden clasificarse por la forma (larga, semilarga o redonda) y el color (rosa, rojo, violeta o negro) de sus raíces. Aparte de estas diferencias morfológicas, las variedades se pueden clasificar en cinco categorías en función del periodo de cultivo y recolección.

Las variedades para cultivo forzado son las más tempranas, se destinan al cultivo rápido en túneles de plástico y se siembran en febrero y octubre. La recolección se realiza de cuatro a seis semanas después, en marzo, abril y noviembre. Los rabanitos (Raphanus sativus var. sativus), por su parte, se cultivan en el suelo, y se pueden sembrar durante un largo período que va desde mediados de marzo hasta septiembre. El período de crecimiento dura entre cuatro y seis semanas, y la temporada de cosecha se extiende desde mediados de abril hasta noviembre. El daikon, rábano blanco, japonés, chino o mooli (R. sativus var. longipinnatus) tiene el mismo período de siembra que los rabanitos. El crecimiento de esta categoría de rábanos, sin embargo, es menos rápido, y la cosecha se lleva a cabo sólo después de seis a ocho semanas, hasta noviembre. Los rábanos de verano y otoño, por su lado, se siembran principalmente en verano (de junio a agosto), y se cosechan principalmente en otoño (de finales de julio a noviembre). La última categoría, el rábano de invierno, es la de crecimiento más lento. En efecto, los rábanos sembrados en invierno se cosechan sólo después de tres meses, a partir de noviembre.

Técnicas de cultivo y mantenimiento del rábano

El terreno de cultivo debe ser preparado de antemano. Así, el otoño previo a la siembra se puede realizar una enmienda con estiércol. La plantación puede realizarse en cualquier tipo de suelo, aunque conviene optar por un suelo ligero y bien suelto. Una mezcla de mantillo arenoso con compost es ideal, porque permite que las raíces se desarrollen bien y se compacten. Asegúrese de que el suelo esté libre de guijarros o ramas, que podrían interferir con el crecimiento de la raíz, hasta una profundidad de 20 cm. Con respecto a la exposición a la luz solar, el rábano crece bien con plena exposición o a media sombra. La siembra se realiza en pequeños surcos espaciados por unos veinte centímetros. Para las variedades de raíces largas, las semillas deben ser enterradas a una profundidad de dos centímetros. Las variedades redondas, por su lado, se siembran a ras del suelo y se recubren con una fina capa de sustrato. La operación de siembra debe terminarse por un riego copioso; utilice para ello una regadera con alcachofa, con el fin de no perturbar el desarrollo de las semillas.

El despunte se produce luego de sólo tres o cuatro días, y el aclareo puede comenzar a realizarse apenas las plántulas tengan unos pocos centímetros. Para las variedades con raíces redondas, deje una distancia de tres a cinco centímetros entre cada planta. Para las otras variedades, el espacio debe ser mayor: 15 cm para los rábanos de invierno, y 20 cm para los rábanos negros. En cuanto al riego, es importante que sea copioso y regular, ya que los rábanos se vuelven picantes cuando les falta agua y un riego irregular provoca fisuras en la raíz. Si el suelo ha sido enmendado de manera correcta antes de la plantación no hará falta ninguna fertilización suplementaria. El mulching puede ayudar a limitar la evaporación y evitar el crecimiento de malas hierbas. Dependiendo de la variedad elegida, es posible realizar siembras cada 15 o 20 días, lo que permite escalonar el período de cosecha y tener rábanos a lo largo de todo el año. Coseche los rábanos tan pronto como sea posible: no los deje demasiado en tierra, ya que tienen tendencia a ahuecarse.

Por otra parte, debido a su ciclo de producción extremadamente rápido el rábano no se ve especialmente afectado por plagas y enfermedades. Sólo hay que tomar en consideración las babosas, que pueden atacar los brotes jóvenes. Los alticinos (una tribu de coleópteros) también pueden atacar a las hojas del rábano, sobre todo en tiempo cálido y seco. No es indispensable realizar un tratamiento insecticida; en efecto, esto puede evitarse gracias a la plantación preventiva de lechuga junto a los rábanos. El riego regular también puede ser una prevención eficaz contra estos coleópteros.

Entradas relacionadas:

  1. Trucos y técnicas de cultivo para la plantación exitosa de frambuesos
  2. Guía práctica para el cultivo exitoso de Corydalis
  3. Algunos consejos para el cultivo exitoso de las plantas bienales
  4. Consejos para el cultivo exitoso de cannáceas
  5. El manzano: técnicas y trucos para obtener la mejor fruta

Publicado en Hortalizas de raíz por Alejo el 31 Aug 2011