La plantación de patatas es una empresa al alcance de todos. Esta planta originaria de América del Sur es muy adaptable, y se cosecha sólo tres meses después de la siembra de la plantación. Sin embargo, su cultivo requiere ciertos conocimientos básicos para obtener buenos resultados. Desde la siembra hasta la cosecha de los tubérculos, el mantenimiento sigue un proceso lógico destinado a la optimización de la cosecha.

La elección de la semilla y la preparación de la tierra no son más que algunas de las cuestiones de las que debe interiorizarse el jardinero aficionado. Aquí encontrará algunas respuestas que le ayudarán a tener éxito en su plantación de patatas.

Información general y elección de variedades

La patata pertenece a la misma familia que el tomate, la berenjena y el tabaco, la de las solanáceas, y es conocida por sus tubérculos ricos en almidón. Originaria de América del Sur, fue introducida en Europa en el siglo XVI, y se hizo muy popular a partir del siglo XVIII. Existen miles de variedades de patatas, aunque muchas de ellas no pueden ser plantadas fuera de los andes peruanas. De todas formas, las variedades cultivables son muy numerosas. La elección puede realizarse de acuerdo a diferentes criterios, entre ellos el tamaño de los tubérculos, el sabor (cada variedad tiene un gusto diferente), su conveniencia para determinados tipos de cocción (fritura, hervor, asado, etc.) y la temporada de cosecha (temprana o tardía).

Técnicas de cultivo y mantenimiento

La patata se reproduce exclusivamente mediante la plantación del tubérculo germinando. El paso previo es seleccionar tubérculos para garantizar los mejores resultados. Puede prepararlos usted mismo, pero el uso de tubérculos certificados es muy recomendable, ya que han sido previamente tratados contra enfermedades e insectos. Los tubérculos a sembrar deben ser medianos, aproximadamente del tamaño de un huevo. Los tubérculos grandes se pueden dividir en dos o más, asegurándose de que haya un brote germinando en cada segmento. Al sembrar se debe colocar el brote hacia arriba.

La operación se realiza entre marzo y abril, cuando el suelo haya tenido tiempo de calentarse. Para una plantación temprana o precoz se puede utilizar un túnel de plástico. La preparación previa del terreno antes del final del invierno es importante, y lo ideal es disponer de un suelo ligero y arenoso. Es importante realizar una enmienda con abono orgánico, asegurándose de que el fertilizante utilizado esté desprovisto de hojas y plantas de patata muertas provenientes de cultivos anteriores para evitar la propagación de enfermedades. Se debe aflojar el suelo por lo menos a 20 cm de profundidad. La plantación se realiza normalmente en dos etapas. La primera consiste en colocar los tubérculos en agujeros de 10 a 15 cm de profundidad, cubriéndolos con tierra sin apisonar demasiado. Después de dos semanas hay que cubrir el agujero hasta la superficie.

Las plantas deben estar separadas por 35 cm, y las hileras por una distancia de entre 50 y 70 cm, ya que un buen espacio entre las líneas de cultivo facilita la aporcadura. En efecto, es necesario aporcar la patata a medida que crezca, ya que esto promueve el desarrollo de la raíz e impide que los tubérculos se desentierren. La altura de la aporcadura puede oscilar entre 15 y 20 cm, y es una buena idea incorporar un poco de fertilizante al aporcar. Es posible acolchar las plantas (mulching) para mantener la temperatura del suelo y evitar que crezcan malas hierbas. Sin embargo, hay que considerar que el mulch dificulta la aporcadura. Además, la patata debe recibir mucho sol y el riego debe ser moderado.

Con respecto a las plagas, el escarabajo de la patata o dorífora ocupa un lugar principal. Se puede sacar a estos coleópteros manualmente o tratar la planta regándola con metoxicloro. En caso de un ataque de pulgones, en cambio, hay que utilizar diazinón. De todas formas, el cultivo asociado es una técnica más ecológica para controlar a los escarabajos de la patata: plantas como el cilantro o la petunia alejan a los insectos, mientras que la datura o la berenjena los atraen. Por lo tanto, estas dos últimas plantas deben plantarse un poco separadas de las patatas para atraer a las doríforas y así sanear la plantación. La datura tiene la ventaja de ser tóxica y poder matar a varias generaciones de escarabajos de la patata que hayan puesto sus huevos en ella. En el caso de las berenjenas, en cambio, hay que recoger los parásitos manualmente.

La recolección y la conservación

La patata se cosecha entre 60 y 90 días después de la siembra. Las variedades tempranas son naturalmente las más rápidas. Es posible cosechar desde la floración, para obtener \”patatas nuevas\”. Los tubérculos están maduros cuando la parte aérea se pone amarilla y muere. A continuación, se puede cosechar inmediatamente o esperar otras dos semanas. Las raíces se extraerán con tiempo seco con una azada o una horca. Los tubérculos deben ser lavados, secados a media sombra y almacenados en un lugar fresco, oscuro y no demasiado húmedo, y hay que asegurar una buena circulación de aire entre ellos. Los montones de patatas no deben exceder el metro de altura. Es esencial que las patatas estén bien secas antes de su almacenamiento para evitar ataques de fusariosis. Los cultivos pueden ser tratados con un inhibidor de germinación, un mes después de la cosecha.

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Publicado en Hortalizas de raíz por Alejo el 04 Oct 2011