El abedul, que pertenece a la familia de las Betuláceas, es un árbol ornamental que permite dar verdor a las zonas a las que les falta. Se presenta en más de 40 especies, y sólo necesita la humedad del suelo para crecer y desarrollarse, incluso bajo la nieve. Solo, en macolla o en línea, el abedul se presta a diversos tipos de plantación. Existen algunos insectos y enfermedades que le son perjudiciales, pero pueden ser tratadas efectivamente.

Es un árbol ornamental muy bello, de un follaje densamente poblado cuyo color verde pasa a amarillo y luego al rojo según las estaciones.  Las especies más conocidas son cuatro: por un lado, la Betula humilis y la Betula nana, que son arbustos, y por otro la Betula pubescens y la Betula pendula, que son árboles de gran tamaño. Todas estas variedades crecerán bien, independientemente de que el suelo sea pobre, calcáreo, silíceo o ácido. Su longevidad en sus regiones de origen (América del Norte, Asia y el norte de Europa) puede superar los 90 años, mientras que en la mayoría de países europeos rara vez alcanza los 30. De una altura de hasta 25 metros y un diámetro de 50 cm en promedio, este árbol majestuoso adorna el jardín o el césped. Más allá de su carácter ornamental, el abedul también tiene virtudes medicinales y su tronco ha sido largamente utilizado para hacer canoas.

La plantación de abedules

Tanto para los plantones sembrados en maceta como para los comprados en comercios, la plantación es muy simple. El primer paso es cavar un hoyo de un poco más de 50 cm en el suelo con una laya, y luego hay que extraer el árbol de la maceta. Si es necesario, se sumergirá el cepellón en un cubo de agua hasta que no quede ninguna burbuja de aire. A continuación se debe colocar el árbol en el centro del agujero y taparlo, apisonando firmemente la tierra al pie antes de regar abundantemente. Es importante no plantar el abedul cerca de un edificio, ya que se trata de un árbol que crece mucho tanto en altura como a lo ancho, y con raíces que también se desarrollan muy rápido. La plantación en macolla es muy apreciada por sus efectos decorativos. Para realizarla sólo hacen falta una laya para cavar, fertilizante, una regadera, una tina con agua, rodrigones y cuerdas. El hoyo de plantación, cavado unos días antes, debe tener más de 80 cm de profundidad y cerca de 1 m de diámetro. Justo antes de plantar hay que arar el fondo, colocar el fertilizante y luego cubrir con un poco de tierra. A continuación hay que colocar tres plantones, cuyos cepellones hayan pasado suficiente tiempo en el agua, uno al lado del otro en el hoyo. Cada cepellón debe estar ligeramente inclinado hacia el exterior del hoyo, y esta posición se mantendrá atando la planta a un rodrigón. Luego hay que cubrir el hoyo y apisonar con cuidado, y después formar un anillo de tierra alrededor y llenarlo de agua, que será absorbida poco a poco por el suelo. Un crecimiento en macolla también puede obtenerse a partir de un sólo árbol: alcanza con cortarlo a partir de los 70 cm de altura. El rebrote dará cuatro árboles jóvenes que crecerán en macolla.
Otra técnica es la plantación en forma de barrera, dejando un espacio de 2 a 3 m entre cada árbol. El resultado será un seto magnífico, con una alternancia de troncos amarillos, naranjas y blancos. También es posible el cultivo de abedules en interior si se elige la especie correcta: la Betula nana es una variedad especialmente adaptada para el cultivo en maceta. La propagación puede realizarse de muy diversas formas, entre otras por siembra, reproducción por esquejes e injertos.

Poda y consejos de jardinería

El abedul exige muy poco mantenimiento, más allá de la poda a realizar en otoño e invierno, cuando el crecimiento se detiene. También es importante prever un acolchado apropiado, para evitar la falta de humedad y la aparición de malas hierbas. En su juventud, el abedul necesita ser regado durante la estación seca. Se trata por otra parte de un árbol resistente que soporta bien el frío, pero no es inmune a insectos como pulgones y tisanópteros o enfermedades como el oídio. Los pulgones pueden ser combatidos pulverizando agua jabonosa o una mezcla de aceite de oliva y el agua. En caso de invasión de tisanópteros, en cambio, es preferible eliminar las hojas afectadas y lavar el follaje del árbol con un chorro de agua abundante. En lo que respecta al oídio, el tratamiento recomendado es rociar las hojas con una solución de 9 litros de agua por 1 litro de leche descremada. La Betula lenta, la Betula allegasiensis y la Betula utilis son algunas especies de abedul particularmente resistentes a las enfermedades.

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Publicado en Grandes árboles por Alejo el 10 Jun 2011