Aunque las aguileñas parecen frágiles a primera vista, no dejan de ser plantas resistentes que encuentran naturalmente su lugar en cualquier lugar del jardín. A menudo se las cultiva para decorar macizos o borduras de platabandas, especialmente cerca de arbustos de hoja caduca, arbustos de tierra de brezo o entre otras plantas perennes. Se trata de planta que permiten unir lo útil y lo agradable y sirven para disimular los huecos entre algunas plantas.

La aguileña común (Aquilegia vulgaris) recibe también el nombre de aquilegia, aquileña, copa de rey, colombina, flor de los celos, guante de la virgen o guante de dama. Es una planta vivaz de la familia Ranunculaceae, y el género al que pertenece (Aquilegia) posee varios cientos de especies, que puede encontrarse en praderas o bosques abiertos del hemisferio norte, en Europa (Alpes y Pirineos) y América del Norte. Las aquilegias forman matas de follaje lobuladas de color azul-verdoso, y pueden alcanzar hasta 1 m de altura. Por lo general florecen de mayo a junio, aunque algunas especies tienen una floración que se prolonga hasta julio. Las flores pueden ser tanto lisas como bicolores de color blanco y tonos pasteles o de un colorido más marcado que incluya azul, malva o bordó violáceo. Las aquilegias son plantas consideradas pero tienen una gran capacidad de propagación, lo que hace que sea fácil cultivarlas.

El cultivo de aguileñas

Las aquilegias no presentan auténticas exigencias de cultivo, pero de todas formas requieren el suministro de algunos elementos indispensables para su crecimiento. Requieren de un suelo fresco y bien drenado, preferiblemente rico en humus. Por otra parte, tienen la capacidad de volver a sembrarse por todo el jardín, especialmente en lugares más o menos inusuales como senderos de grava o entre muretes con flores. Las aguileñas se desarrollan bien en lugares a pleno sol o con sombra parcial, y como son plantas resistentes también les gusta el frío y resisten temperaturas muy bajas, de hasta -20˚C. Las aquilegias se plantan generalmente en primavera u otoño. Se trata de plantas que tienen una capacidad especial de adaptación y pueden combinarse con otras plantas, aunque esto depende de la especie que se elija. Así, las aquilegias de rocalla quedan muy bien con campanillas, y las especies para macizos con diversas variedades de geranios o euforbias.

La propagación de aguileñas

Las aquilegias son plantas que tienen una vida muy corta, pero esto no es un problema ya que se combina con la capacidad de volver a sembrarse naturalmente. Estas flores también se multiplican fácilmente a través de la germinación de semillas. Usted puede dejar que se siembren naturalmente, permitiendo que se formen las semillas después del período de floración. Sin embargo, es importante saber que, en la siembra espontánea, los retoños pueden no parecerse a la planta madre, ya que las aquilegias tienen tendencia a hibridarse con otras plantas, especialmente si se las coloca demasiado cerca. También es posible llevar a cabo uno mismo la germinación de semillas de octubre a noviembre en macetas o en el suelo, preferiblemente en cajonera fría, ya que a las aguileñas les gustan las bajas temperaturas. Las plántulas se pueden trasplantar en otoño, y también es posible sembrar las semillas estratificadas a fin de obtener una buena germinación. Para semillas sembradas en primavera, el despunte se produce luego de un año. También es posible multiplicar la aguileña mediante la realización de una división de mata. Sin embargo, esto es menos aconsejable que la germinación habitual, ya que soportan mal ser perturbadas; por otra parte, la operación puede ser complicada debido a sus raíces pivotantes.

Mantenimiento y cultivo adecuado de aguileñas

Es recomendable cortar las flores marchitas cuando termine el período de floración, ya que esto evita una eventual profusión espontánea de plántulas. Esto puede ser un poco difícil porque las flores no se marchitan al mismo tiempo, pero aún así es necesario tratar. También es importante cortas las hojas demasiado engorrosas por lo menos 3 o 4 veces después de la floración. Esto evitará que las aguileñas sean afectadas por el oídio y permitirá que tengan un follaje más saludable. Para evitar la aparición de oídio especialmente durante el verano, es aconsejable no regar el follaje. También se puede utilizar un producto adaptado para combatir la enfermedad con la llegada de la primavera. También se deben evitar las larvas de minador, que a menudo se infiltran debajo de las hojas; para ello pueden tratarse las plantas con un insecticida adecuado.

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Publicado en Plantas vivaces por Alejo el 01 Aug 2011