La altea o rosa de Siria (Hibiscus syriacus) es un arbusto ornamental de gran tamaño, poco exigente y que se adapta a los eventuales rigores de los climas de las regiones templadas. Es una especie del género Hibiscus, que pertenece a la familia de las malváceas y agrupa más de doscientas especies. La rosa de Siria presenta variedades de flores simples y dobles, que se dividen a su vez en diferentes cultivares.

El Hibiscus syriacus puede alcanzar un tamaño de 2 a 4 metros, se desarrolla adecuadamente en suelos bien drenados y puede adaptarse a suelos calcáreos. Es un arbusto que produce brotes laterales de crecimiento bastante acelerado y que pierde las hojas en otoño. Sus botones florales florecen uno a uno en una explosión de colores durante todo el verano hasta principios del otoño en los nuevos brotes. La altea se propaga a través de semillas germinadas, pero también puede multiplicarse a partir de estacas tomadas de los extremos de las ramas. Aunque se trata de una planta vigorosa, hay que protegerla de las infestaciones de cochinillas algodonosas del naranjo y de pulgones negros durante la primavera y el verano. Por otra parte, para una floración ideal es necesario llevar a cabo el cultivo de acuerdo a las normas técnicas de plantación y mantenimiento propias a cada estación; de este modo se asegurará un rápido crecimiento y un desarrollo armónico.

La plantación de la altea

Las plántulas pueden provenir de la siembra en semillero o de la germinación de semillas caídas al pie de un arbusto adulto, pero también pueden obtenerse a partir de esquejes en primavera. En este caso, la conservación de las estacas en un recipiente con agua acelera el crecimiento de las primeras raíces. La planta debe estar expuesta al sol o al menos instalada en semis-sombra, y no soporta la exposición continua a los vientos fríos. La rosa de Siria puede permanecer plantada en una maceta grande durante todo el año; si se la desea trasplantar en tierra hay que dejar un espacio de 1,5 metros en todas las direcciones. La planta puede ser utilizada para decorar un jardín, constituir un macizo o formar un seto simple. También puede ser cultivada en seto mixto, plantándola con varias otras especies de arbustos florales como Weigela o Eleagnus. En cualquier caso, es necesario un suelo bien fertilizado mediante el suministro de compost o de estiércol bien mineralizado en primavera.

La altea se cultiva principalmente por su continua y profusa producción de flores, que poseen colores específicos según la variedad. Por ello, el mantenimiento del Hibiscus syriacus tiene el objetivo de hacerlo producir el máximo de flores durante la estación cálida.

La planta produce una profusión de corolas de color violeta, azul, azul claro, blanco, rosa o rojo oscuro, según la variedad. Después de la plantación y durante los dos años siguientes debe ser regada cada dos semanas. En una ola de calor, el riego se debe hacer de manera abundante al final del día. En las tierras altas y en las regiones donde el invierno sea riguroso es necesario hacer un acolchado o mulching en la base de la planta. La altea debe ser fertilizada cada primavera para activar su crecimiento. De hecho, los brotes jóvenes de los arbustos adultos, en condiciones favorables, pueden tener cada año un crecimiento de 30 a 40 cm.

También es importante tener en cuenta que la poda ocupa un lugar importante dentro de las operaciones de mantenimiento, pero no se la debe realizar tardíamente, ya que se pondría en peligro la floración siguiente. A los arbustos jóvenes se les debe realizar una poda de formación. En el caso de los ejemplares de más edad, cada floración quinquenal debe ser seguida por una poda de reducción de las ramas más largas, que pueden eliminarse casi por entero en caso de ser necesario para preservar la estructura del arbusto. Para ello, hay que cortar a partir de los diez centímetros de largo. Esto evitará que la planta se lignifique de manera excesiva, ya que esto podría desguarnecer la base del tronco principal. Si se lo cultiva en macetas, el Hibiscus syriacus debe recibir una poda rigurosa poda cada año en febrero o marzo para preservar su forma compacta, y hay que trasplantarlo a una maceta cada dos años.

Una multitud de variedades

Entre los cultivares de inflorescencia simple podemos mencionar las variedades \”Woodbridge\”, \”Oiseau Bleu\”, \”Hamabo\” y \”Red Heart\”. Los cultivares con flores dobles más conocidos son el \”Speciosus\”, el \”Lady Stanley\”, el \”Leopoldi\” y el \”Ducs de Brabant\”. Por último, es importante saber que el Hibiscus syriacus es una especie diferente del Hibiscus rosa-sinergias. Su distancia con la Alcea rosea (malva real) es todavía mayor, ya que ni quiera pertenecen al mismo género, aunque las tres plantas pertenezcan a la misma familia.

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Publicado en Arbustos florales por Alejo el 09 Jun 2011