Drenar un terreno consiste en deshacerse del exceso de agua mediante el uso de los conductos subterráneos que se utilizan normalmente para la eliminación y el desagote de aguas. Sin embargo, será importante asegurarse de no agotar el agua en este proceso ya que todas las plantas, al igual que el resto de los seres vivos, la necesitan para vivir. En resumen, el drenaje debe hacerse teniendo en cuenta determinadas condiciones.

Un drenaje insuficiente puede tener efectos negativos. El agua en exceso no sirve al crecimiento de la planta, y tampoco puede ser absorbida por el suelo.

Cuándo realizar el drenaje del jardín

El agua estancada en la superficie de un jardín puede causar daños a las plantas, como fomentar la aparición de musgo y moho. El moho está formado por hongos de tamaño muy pequeño, formados por una red de filamentos en los que los elementos reproductores aparecen diseminados. Se trata de parásitos de plantas al igual que el mildiu y el oídio. En cuanto al musgo, está formado por una especie de alfombra de tallos cortos apretados unos contra otros que viven sobre el suelo, árboles, paredes, techos, etc. Como el moho, el musgo también afecta negativamente el crecimiento de las plantas. Entonces, ¿hay que drenar el jardín después de constatar la presencia de musgos y hongos, signos de exceso de agua en el suelo? En principio, podemos facilitar la aireación del suelo podando algunos árboles para producir aberturas. Sin embargo, el drenaje es sin lugar a dudas una solución duradera. En efecto, un sistema de drenaje es necesario, ya sea para reducir la cantidad de agua contenida en un suelo arcilloso, ya sea para evacuar el agua de lluvia con el fin de que no queden charcos de agua o barro en la superficie de del suelo. Pero, ¿cómo efectuar el drenaje del jardín? Antes de responder esta pregunta, aprendamos a reconocer otros signos indicadores de un exceso de agua en el suelo.

Los signos de exceso de agua en el suelo

Los signos de exceso de agua en el suelo varían, dependiendo de si se trata de una planta que crece en maceta, en el suelo o en un terreno cubierto de hierbas. En el primer caso, el exceso de agua se caracteriza por la caída de las hojas o la falta de fuerza o vitalidad de las plantas. En esas condiciones, las hojas no tardan en marchitarse. En el segundo caso, es decir, en el suelo, las plantas crecen lentamente, se secan y las hojas se vuelven amarillas. Sobre una superficie con césped, cuando hay demasiada agua se forman charcos y la hierba amarillea.

Cómo drenar un jardín

El objetivo del drenaje es que el agua sea inmediatamente evacuada de la superficie del suelo después de la lluvia o de riegos periódicos realizados complementariamente a las precipitaciones. Por supuesto, un sistema de drenaje tiene en cuenta las características del terreno en cuestión. Si el suelo no está muy mojado pero el agua no circula, hay que empezar por cavar zanjas de 30 cm de ancho y 50 cm de profundidad. Asegúrese de realizarlas en el sentido de la pendiente. Si el terreno es plano, cree una inclinación de 1 a 2 %. A continuación, vierta grava y arena en los agujeros, y luego coloque tubos de PVC y recubra todo con arena y grava, dejando un espesor de tierra de 20 a 30 cm del suelo sobre los desagües para permitir que crezca el césped. Cuando el suelo es demasiado húmedo hay que instalar un sistema de drenaje integral, nada fácil de realizar. Se trata de conectar todas las tuberías para drenar el agua hacia un curso de agua o un pozo negro que se cavará lejos de la tierra a drenar. Cavar un pozo negro es un gran trabajo y lo ideal es contratar a un profesional. Si va a hacerlo usted mismo, cave un hoyo profundo y coloque una primera capa de grava, sobre la que se depositará sucesivamente un filtro, guijarros, un aislante y por último una segunda capa de grava.

Drenar tierra arcillosa

En primer lugar, hay que desenterrar las plantas cuyas hojas se vuelvan amarillas o se marchiten; conserve las que estén en mejor estado, que deberá replantar al final de la operación. Haga un agujero en el lugar donde haya sido desenterrada cada planta y llénelos con abono o compost. Después de separar y desanudar cuidadosamente las raíces, vuelva a plantar las plantas conservadas y ciérrelo con una mezcla de fertilizantes y de tierra. Lo más importante es no poner grava o arena en los agujeros, para no correr el riesgo de asfixiar las plantas.

Entradas relacionadas:

  1. Cómo tener un jardín bello cuando llega el buen tiempo gracias a los accesorios adecuados
  2. Hortalizas en tarros: cuando la conservación es necesaria después de la cosecha
  3. La poda del olivo, un mantenimiento necesario para mantener el árbol sano y asegurar su producción
  4. Procedimientos de mantenimiento de árboles frutales: cuándo y cómo realizarlos
  5. Mantenimiento de un jardín en suelo húmedo

Publicado en Guía del riego por Alejo el 22 Jun 2011