El césped suele ser la solución más común para cubrir las zonas sin plantas del jardín, pero también hay flores que pueden utilizarse para ese propósito. Así, se puede optar por plantar algunas plantas que crecen un poco como la hierba y que permitirán cubrir determinados espacios como borduras, rocallas o muretes. Además, estas plantas evitarán la aparición de malas hierbas. Por ello, las flores rastreras son una buena inversión.

El césped es la planta rastrera más extendida, pero existe en realidad una multitud de estas plantas. Estas especies se propagan fácilmente, una cualidad necesaria para una flor rastrera que se utilizará como cubresuelo, pero algunas de ellas deben ser mantenidas para evitar que invadan el resto del jardín.

Características de las flores rastreras

Con excepción del césped, que requiere una poda regular, la mayoría de las flores rastreras no requieren más que un mantenimiento mínimo o incluso nulo. Se trata de plantas que crecen muy poco en altura y se propagan fácilmente, y algunas forman una especie de tapiz vegetal que cubre el suelo. Estas especies se cultivan esencialmente por su follaje, y suelen ser ideales para ocultar una bordura. Como se mencionó antes, se trata de plantas que no son exigentes ni en agua ni en cuidados: plantadas en las zonas apropiadas, sus necesidades serán satisfechas de forma natural. Las flores cubresuelo no sólo son bonitas y fáciles de cultivar, sino que además impiden el desarrollo de las malas hierbas. Para permitir esto, hay que asegurarse de que la tierra esté perfectamente limpia en el momento de la plantación, es decir, libre de rizomas de malas hierbas hasta una cierta profundidad. El uso de un herbicida completa de preplantación no está desaconsejado, pero en ese caso habrá que hacer un seguimiento de la degradación del producto hasta su desaparición total. Una vez preparado el terreno se puede proceder a la plantación en el espacio elegido y respetando los requisitos de la especie en cuestión. Será necesario vigilar las plantas para controlar su desarrollo. Durante los primeros dos años será necesario un pequeño mantenimiento, que consistirá en escardar y arrancar las malas hierbas manualmente alrededor de cada planta. A medida que se desarrollen, las flores cubresuelo formarán una especie de tapiz compacto que hará casi imposible la aparición de malas hierbas. De esta forma, cada especie encuentra su utilidad en el jardín, ya sea para cubrir el suelo desnudo o para ocultar una bordura.

Las flores utilizadas como cultivo de cobertura

Cada una de las flores cubresuelo tiene una utilidad específica. Algunas especies, como por ejemplo las del género Phlox, son perfectas para lograr una alfombra de flores porque se extienden útilmente sobre borduras y jardines rocosos. Se trata de un género de la familia Polemoniaceae que proviene de los Estados Unidos y da flores en forma de estrella hasta el verano. Se planta en tierra fértil, con un pH neutro o poco ácido y bien provistq de agua. Los geranios vivaces, por su lado, crecen en todos los tipos de suelo. Crecen con facilidad, sus flores aparecen de mayo a septiembre y son conocidos por ser particularmente resistentes. La Hosta, por su parte, no requiere mantenimiento alguno. Plantada en un área protegida del sol y en un suelo rico dará un follaje original y cumplirá perfectamente su función de cubresuelo.

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Publicado en Plantas cubresuelo por Alejo el 29 Jul 2011