Un campo húmedo se caracteriza por el estancamiento permanente de agua, ya sea poco profunda o anegando el suelo. En general, se trata de terrenos situados en la parte inferior de una pendiente, a altura de la napa freática, en una zona de mal drenaje, en una región pantanosa o cerca de lagunas o humedales. Ciertas plantas, aun pudiendo ser plantadas y mantenidas en un suelo húmedo, no toleran una humedad elevada permanente.

La humedad puede ser permanente o estacional, y de esto depende la dificultad que tenga el desarrollo de las plantas en un jardín. Aunque el agua es un elemento esencial para el crecimiento vegetal, un aporte excesivo de agua puede afectar el desarrollo de las flores. La mayoría de las plantas de jardín no pueden crecer en suelos muy húmedos porque el agua asfixia las raíces y puede causar su putrefacción. Por ende, en un terreno húmedo conviene privilegiar las plantas resistentes al agua y las plantas acuáticas. Antes de cultivar en un suelo húmedo será necesario realizar un drenaje, una solución eficaz para secar el terreno. Esta práctica se aplica principalmente a tierras turbosas y arcillosas.

Plantas aptas para suelos húmedos

Diversos árboles, arbustos, bambúes perennes, plantas vivaces y otras especies se adaptan perfectamente a los terrenos húmedos. Según su porte, su período de floración y la forma de sus hojas, algunas plantas pueden crecer en suelo húmedo, producir flores y desarrollarse bien. Es posible crear un jardín acuático en las zonas con humedad permanente y cerca de un cuerpo de agua.

Entre las plantas de jardín adaptadas a suelos húmedos están el iris, la nomeolvides de agua, la flor mono (Mimulus), el helecho, el miscantus y la prímula. El sauce blanco, el aliso, el acebo, el evónimo y la hiedra, por su lado, se encuentran entre las variedades de arbustos y árboles adecuadas a las zonas húmedas. A esta lista hay que sumar ciertas especies de coníferas y de bambúes perennes, que permiten realizar paisajes excepcionales sobre un suelo húmedo.

El drenaje para reducir la humedad

Para poder crear un jardín en un terreno húmedo, un drenaje puede ser necesario para evacuar el agua y secar el suelo. Esta operación se justifica porque un terreno drenado permite el cultivo de plantas que habitualmente se plantan en un terreno relativamente seco. El drenaje se efectúa principalmente en un terreno arcilloso o compuesto de turba. La operación comienza por mezclar la tierra arcillosa con estiércol de caballo de más de tres años y tierra arable. La mezcla producirá humus y creará un nuevo suelo que puede ser adecuado para la mayoría de las plantas una vez drenado. Para drenar el suelo hay que hacer una pendiente con una inclinación de más del 2%, y posicionar los dispositivos de drenaje a 40 cm de la superficie del suelo. El drenaje se puede efectuar a los pies de los árboles y arbustos. Antes de plantar, hay que cavar un agujero de un metro de diámetro y de 80 cm de profundidad, que debe llenarse con unos 20 cm de guijarros, ladrillos rotos y grava, a los que se agrega una mezcla de arena, tierra previamente extraída del pozo y guijarros. La parte superior del hoyo se cubrirá con tierra de la superficie.

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Publicado en Casos especiales por Alejo el 15 Jun 2011