El género Acacia, al que pertenece la planta, está compuesto de numerosas variantes; en efecto, existen alrededor de 1200 especies originarias de Asia, América del Sur y América Central, mientras que hay unas 700 especies provenientes de Australia. Las especies más cultivadas en Europa están entre estas últimas, especialmente en el caso de Francia, en donde fueron introducidas por primera vez en el siglo XIX. Las mimosas o acacias mimosas (a no confundir con el género del mismo nombre) se adaptan muy bien al cultivo en zonas más bien cálidas de Europa, especialmente en la costa mediterránea, donde suelen cultivarse para venderlas cortadas.

La mimosa suele venderse como botón floral en enero, y permite perfumar los ambientes. Aparte de sus cualidades decorativas y aromáticas, la mimosa puede cumplir varias funciones en jardinería. En efecto, las plantas de esta especie permiten entre otras cosas estabilizar el suelo, crear sombra para los arbustos jóvenes plantados a sus pies y protegerlos de los vientos invernales.

Presentación de la mimosa

La mimosa es una planta invernal que decora cálidamente casas y jardines durante el invierno. Plantada generalmente en maceta, su cultivo en jardines en Europa suele estar limitado a las regiones mediterráneas.. Perteneciente a la familia Mimosaceae, su nombre científico es Acacia dealbata. El género Acacia incluye numerosas especies, que pueden ser tanto árboles como arbustos o incluso plantas rastreras. Las mimosas vendidas en los negocios suelen llegar a medir entre 4 y 10 m de altura, mientras que otras especies de acacias pueden alcanzar hasta 25 m. Por otra parte, la extensión de la planta está entre los 2 y los 4 m, y hay dos variedades que se distinguen por la forma particular de sus hojas. Por un lado están las plantas con hojas enteras o con filoides (falsas hojas), que resisten temperaturas de hasta -8°. Son las Acacias retinodes o “mimosas de las cuatro estaciones”, que dan pequeñas flores fragantes generalmente provistas de 5 pétalos de color blanco o amarillo anaranjado. Las plantas con hojas compuestas y mixtas o divididas en foliolos resisten hasta -10°. Estas hojas, de un gris azulado que puede variar hasta un verde oscuro, son grandes y alargadas y se cierran cuando hacen calor para reducir la evapotranspiración. Las mimosas tienen una esperanza de vida teórica de 50 años y un crecimiento rápido de 30 a 60 cm por año. La corteza es de color oscuro, de un gris que se va haciendo negro con el paso del tiempo.

Las buenas condiciones de plantación para una mimosa

Los períodos favorables para la plantación de mimosas son en otoño y primavera, especialmente para las regiones frías. La mimosa precisa un suelo ligeramente ácido con un pH entre 4,5 y 6. La plantación se ve favorecida en un medio arenoso, en las dunas o en suelos salinos. A la mimosa no le gusta la humedad y y se desarrolla mejor con calor y con sol, como en las costas mediterráneas. La planta necesita una exposición cotidiana al sol de unas tres horas, y crece bien en un terreno más bien ligero y con buen drenaje. Para la plantación en maceta hay que cavar un hoyo tres veces mayor que la mata de raíces con cepellón y añadir una capa drenante compuesta de arena o piedras en el fondo. También puede poner gravilla o bolas de arcilla de 3 cm. En el caso de una planta injertada, no hay que enterrar el punto de injerto. En una terraza o un balcón, la mimosa debe estar orientada de manera tal que quede expuesta a la luz solar.

El mantenimiento de una mimosa

Para mantener su mimosa a lo largo de las estaciones y para preservar su belleza y salud, deben seguirse algunas normas de mantenimiento de la planta, especialmente en relación con las técnicas de riego. En primer lugar, como a la mimosa no le gusta la humedad, requiere poco riego, excepto los primeros 2 años. Es igualmente importante respetar los requerimientos de agua de la mimosa en cada estación; de junio a septiembre necesita poca agua, pero mucha más durante la floración. Hay que evitar las aguas calcáreas, que causan el amarilleo de las hojas y el debilitamiento del árbol. La mimosa no requiere fertilizante adicional, excepto durante el período de crecimiento, cuando se debe aplicar abono líquido rico en potasio. De marzo a septiembre, se puede utilizar fertilizante para rosales. Luego del período de floración, las flores se marchitan y es esencial podar la planta. En efecto, cada año hay que cortar ligeramente los tallos y retirar los retoños del suelo. Por otra parte, toda hoja enferma puede debilitar al resto de la planta si no se la elimina o se la trata. Si desea evitar el crecimiento de nuevas ramas, la eliminación de las semillas puede ayudar. El tamaño de la maceta siempre debe estar adaptado al de la planta. Idealmente, la maceta debe ser bastante grande y ser cambiada cada 2 años. No olvide prever una buena evacuación del agua durante el riego. Por último, la mimosa debe recibir una atención particular durante el invierno. Para proteger la planta contra las heladas y el frío, puede colocar una cobertura de paja de 30 a 50 cm sobre las raíces superficiales y los puntos de injerto, o colocar un velo de invierno cuando la temperatura llegue a 5 grados bajo cero. Esto es importante porque los troncos pueden morir a causa de las heladas si la planta no está debidamente protegida.

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Publicado en Arbustos florales por Alejo el 09 Jun 2011