La exposición de la tierra es fundamental en la jardinería. Las exigencias de luz de las plantas difieren según las especies, aunque los rayos solares son indispensables en la mayoría de los casos. El estudio de la exposición del jardín permite elegir el tipo de flores a plantar. La mayoría de las plantas se desarrolla mejor bajo una buena luz, mientras que algunas especies crecen más cómodas en zonas con mucha sombra.

Para favorecer el crecimiento de las plantas y aumentar su longevidad, el jardinero debe tener en cuenta varios parámetros, incluyendo la exposición del jardín. En efecto, una buena exposición permite favorecer el crecimiento vegetal y obtener los resultados esperados.

La importancia de la exposición del jardín 

Son varios los factores que afectan el desarrollo de una planta, entre ellos la luz solar, la humedad, la sombra y el viento. Las plantas que requieren mucha exposición deben crecer en un suelo constantemente húmedo. Si el terreno está muy expuesto a la luz solar, las plantas deben ser protegidas de los rayos ultravioletas, y deben ser cubiertas con velos de invierno. La humedad es indispensable pero no debe ser permanente, para evitar infecciones de champiñones microscópicos. Algunas plantas sólo crecen en la sombra, y por ellos deben ser mantenidas al abrigo de los rayos solares. Por ello, lo mejor es informarse sobre las características de la planta al comprar las semillas o esquejes. Para proteger las plantas, es aconsejable instalar un cortavientos.

Los diferentes grados de luminosidad

Los rayos solares son indispensables para la mayoría de las plantas, ya que aporta la energía térmica necesaria para su desarrollo. La exposición a proporcionar varía dependiendo de necesidad de luz de las plantas, que difiere a su vez según las especies. La parte norte del jardín está en sombras casi durante todo el día, con una luminosidad muy baja, mientras que la parte sur permanecerá soleada. En la zona de sombra parcial, las plantas recibirán algo de sol durante la mañana con una exposición al este, mientras que una orientación al oeste los expondrá al calor del sol durante la tarde. La sombra parcial es la que cubre una zona que no recibe directamente los rayos del sol pero se beneficia de todas formas de un poco de luz.

Una sombra completa priva permanente un espacio de sol, como sucede con los terrenos situados entre dos edificios o dos muros. La luz es tamizada cuando los rayos del sol se filtran a través de una pantalla, como la que puede proporcionar un follaje, durante algunas horas a lo largo del día.

La luminosidad necesaria para el desarrollo de las plantas

Cada especie vegetal requiere un grado de luminosidad determinado para desarrollarse. Las etiquetas de los sobres de semillas o de las cajas de esquejes suelen indicar la luminosidad recomendada y la localización ideal de las plantas. Capuchinas, suculentas, geranios, olivos y rosales en macetas requieren un lugar soleado, mientras que azaleas, fucsias, hiedra, lirios, Impatiens y hortensias prefieren un terreno sombreado. La begonia, por su lado, es capaz de crecer a la sombra y bajo el sol.

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Publicado en Abecé del jardinero por Alejo el 14 Jun 2011