La Hosta es una planta muy bonita, especialmente apreciada por su floración prolongada, que se produce de primavera a otoño, y por sus flores fragantes. Muy fácil de cultivar, se la puede hacer prosperar aún más si se la cultiva en suelo húmedo y fresco, de preferencia en un lugar sombrío. Esta planta crece a menudo en la naturaleza cerca de sotobosques o riberas.

La Hosta es una planta perenne rizomatosa de la familia de las liliáceas, nativa de países asiáticos como China, Japón o Corea. Existen nada menos que 70 especies diferentes de Hostas en todo el mundo -de las cuales unas cuarenta son originarias de Asia-, cada una con sus peculiaridades. La Hosta fue durante mucho tiempo conocida como \”Funkia\”, y debe su nombre actual al famoso botánico austriaco Nicholas Thomas Host. La Hosta suele ser cultivada por su follaje decorativo, que aparece en primavera e incluye toda una paleta de colores, formas, tamaños y texturas diferentes. Las hojas son generalmente ovales o en forma de corazón y vienen en varios colores: verde, azul, amarillo, azul-gris; también pueden ser abigarradas y sus nervaduras son a veces muy marcadas. Las hojas conservan su belleza hasta el otoño, cuando tienen un tono dorado. En invierno las plantas pierden todas sus hojas. El florecimiento de la Hosta es muy fuerte en julio y puede durar hasta ocho semanas. Ciertos tallos sin hojas decoran la planta con campanillas blancas, rosas, azuladas o moradas. Estas flores suelen ser muy fragantes.

Las condiciones para el cultivo de la Hosta

La Hosta es una planta de muy fácil cultivo y no requiere ningún mantenimiento especial. Es una de las pocas plantas perennes herbáceas que pueden permanecer más de treinta años en el mismo lugar. Es muy independiente y no requiere división o desplazamiento, ya que se extiende de forma natural. Tampoco necesita fertilización regular para seguir creciendo. Un hecho muy conocido es que la Hosta se fortalece a medida que envejece. Esta planta se desarrolla mejor en suelo fresco, por lo que es recomendable colocarla en tierra profunda, humedecida, y consistente para que pueda retener la humedad por más tiempo. Un suministro de materia orgánica puede ayudarla a crecer en las mejores condiciones. Es mejor ponerla en un lugar relativamente sombrío para que crezca mejor, ya que no soporta ni el calor intenso ni la sequía; un lugar muy seco y demasiado sol pueden provocar que se sequen sus magníficas hojas. Si planea plantar varias plantas Hosta, deje al menos una distancia de 20 a 60 cm o más entre ellas, ya que al llegar a la madurez ocupan un espacio de al menos 90 cm de diámetro. Los espacios vacíos pueden ser llenados plantando algunas plantas bulbosas, por ejemplo plantas anuales o narcisos. El crecimiento de la Hosta es relativamente rápido, y su mata alcanza la madurez en sólo 5 años.

El cultivo de la Hosta

Si usted quiere cultivar Hostas en el jardín debe seguir cuidadosamente los consejos referentes a la condición del suelo. Una tierra húmeda y con buen drenaje será ideal para la planta. Es recomendable mullir bien el suelo. Si es arcilloso se puede agregar un poco de arena o grava para formar una mezcla. A continuación, coloque la base de la planta bien por encima del nivel del suelo, tape el hoyo con la mezcla de tierra y riegue abundantemente. Complete la operación agregando de una capa de grava de unos 2 cm sobre la superficie tapada. Para el cultivo en macetas es aconsejable preferir las especies de Hosta más fragantes, ya que son más resistentes al calor y tienen una vida útil bastante larga, incluso si permanecen mucho tiempo en el mismo contenedor. Elija también tierra especial para geranios, y alimente la planta con un suministro de fertilizantes, especialmente durante el período de vegetación. Si las hojas no son demasiado densas se puede regar sobre la maceta. Ponga un plato debajo de la maceta para mantener una humedad constante en verano.

El cuidado de la Hosta

La Hosta es una planta que requiere mucha agua, ya que actúa como una barrera natural contra la sequía y los gasterópodos. Para el riego, es preferible apuntar siempre a la base de la planta para evitar salpicar demasiado las hojas. Durante las primeras semanas se puede regar con regularidad, y luego conviene reducir la frecuencia para que las raíces puedan desarrollarse en lo profundo del suelo. Una vez bien instalada en su rincón, se le puede suministrar en otoño un poco de compost, estiércol descompuesto o cenizas de madera para ayudar a fortalecer su follaje. También se pueden añadir algunas agujas de pino o hacer un acolchado de corteza para ayudarle a crecer mejor. Cuando se instala junto a otras plantas es necesario eliminar regularmente las flores o las hojas secas para proteger el follaje de una eventual necrosis. Para prevenir quemaduras en las hojas se debe evitar poner la planta en un lugar demasiado soleado o frente a una pared blanca. Las babosas son enemigos temibles que pueden dañar realmente el follaje. Este peligro puede ser evitado colocando un acolchado a base de paja de lino. Las babosas también pueden ser repelidas usando un granulado con Mercaptodimethur o Metaldehído.

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Publicado en Plantas verdes por Alejo el 15 Jun 2011