Las plantas de raíces comestibles forman el grupo de las hortalizas de raíz, uno de los cuatro grupos de hortalizas. Los restantes son las hortalizas de hoja (como la col), las hortalizas de fruto (como el tomate) y las hortalizas de grano (como frijoles y guisantes). Las legumbres de raíz pertenecen a diversas familias de plantas, pero presentan similitudes en cuanto al tipo de cuidados que requieren, lo que permite cierta generalización de las técnicas aplicadas a su cultivo.

Hay una gran variedad de hortalizas de raíz que se adaptan bien a las condiciones de los huertos europeos. A continuación, algunos consejos sobre los métodos de siembra y las técnicas de plantación adecuadas para obtener los mejores tubérculos.

Descripción de las hortalizas de raíz

El término \”hortaliza de raíz\” se refiere a las plantas del huerto de raíces comestibles, como las plantas con tubérculos (patata, batata), con raíces tuberculosas (zanahoria, rábano) y de bulbo (ajo, puerro,). A pesar de esta facultad común para desarrollar reservas subterráneas, las plantas de raíz pertenecen a diferentes familias botánicas, cuyas especies no poseen todas las mismas características. La papa por ejemplo, pertenece a la misma familia que el tomate, las solanáceas.

Técnicas de siembra y plantación

A pesar de que las hortalizas de raíz pertenecen a diferentes familias botánicas, representan un grupo de plantas hortícolas con necesidades similares en cuanto a la plantación y el mantenimiento. Con excepción de la patata y de las plantas bulbosas como el ajo, la mayoría de las hortalizas de raíz se reproducen por semillas; esto puede llevarse a cabo con camas de siembra desde el mes de febrero. Las plántulas deben ser trasplantadas en primavera, cuando el riesgo de heladas se reduce. Para las especies que requieren siembra directa en tierra, se debe esperar hasta que la tierra se haya calentado, alrededor de abril o mayo, para que los brotes jóvenes no corran el riesgo de morir a causa del frío. Por otra parte, es posible utilizar campanas o túneles de plástico transparente para mejorar las condiciones al exterior.

Para aumentar las posibilidades de éxito se puede consultar el calendario lunar agrícola. Esta técnica, cuya eficacia ha sido verificada por generaciones de jardineros, se basa en el flujo de atracción de la Luna sobre la tierra y las plantas. Una fase de luna creciente se considera favorable para la siembra de hortalizas de raíz, así que tiene sentido esperar a que la Luna pase por delante de la constelación de Capricornio o de Tauro para sembrar las semillas. Por el contrario, una fase de luna menguante, es decir cuando pasa delante de la constelación de Virgo, es propicia para la preparación y fertilización del suelo.

Las hortalizas de raíz se plantan en línea. El espaciamiento entre surcos dependerá del tamaño de la planta y los tubérculos; puede ser de 20 centímetros para determinadas variedades de rábanos redondos o zanahorias, de 30 cm para remolachas y nabos y de 60 a 90 cm para las plantas de patatas. Se siembra generalmente dejando claros y se aclara aún más después del despunte, cuando las plántulas ya tienen de dos a tres hojas, con el objetivo de logar la distancia ideal entre las plantas (de 5 a 25 cm para los rábanos, de 10 a 20 cm para nabos y zanahorias y de 30 cm para las remolachas). En la siembra se deben enterrar las semillas a una profundidad de 2 a 3 centímetros para las variedades que desarrollan raíces de gran tamaño. Para las plantas con raíces pequeñas es suficiente sembrar a flor de tierra y luego cubrir con una fina capa de sustrato. Los tubérculos de la patata, por su parte, se plantan a una profundidad de 10 a 15 centímetros. Es necesario hacerlos germinar antes de plantarlos.

Preparación del suelo y mantenimiento de las hortalizas de raíz

Las hortalizas de raíz se desarrollan mejor en suelos ligeros y fértiles. El estercolado debe realizarse con mucha anticipación para maximizar el efecto; estercolar con un año de anticipación suele ser ideal para el terreno. Se debe tener cuidado de no suministrar estiércol húmedo, ya que puede pudrir las raíces. Para mejorar el drenaje y reducir la compactación del suelo, se lo puede enmendar con compost o añadir una pequeña cantidad de arena; esto es igualmente válido para los suelos arcillosos. La tierra debe estar profundamente arada, y hay que asegurarse de que esté libre de guijarros, ramas o paja sin descomponer, porque son materiales que impiden el desarrollo de la raíz y le dan formas irregulares. Un terreno rocoso puede necesitar un tamizado.

Las hortalizas de raíz necesitan un riego regular; se debe evitar el riego a chorros, que puede causar la ruptura de sus tubérculos. Son plantas que necesitan humedad pero no soportan el agua estancada. Estas particularidades hacen que el acolchado sea una solución indicada para mantener una humedad constante del suelo. Esta operación también permite controlar el desarrollo de las malas hierbas. Para maximizar el crecimiento de la raíz, por último, algunas plantas requieren un acaballonado regular. También se puede efectuar un binado para mejorar la aireación del suelo y detener la proliferación de plantas parásitas.

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Publicado en Hortalizas de raíz por Alejo el 15 Jun 2011