Existen diferentes maneras de consumir las ciruelas: se pueden comer crudas, cocinadas en mermelada o compota, o utilizadas en postres y dulces para rellenar tartas y pasteles de fruta. También hay quienes las prefieren secas, bien conservadas. Las posibilidades son tan variadas como los gustos de los consumidores, la clave es conocer las variedades de ciruela para dar el mejor uso a cada una.

Existen muchas variedades de ciruelo, y por ende de ciruelas, que se pueden agrupar en cuatro familias: endrinas (o arañones), mirabeles, ciruelas Claudia o reina Claudia y ciruelas de Damasco. Cada familia contiene a su vez numerosas variedades. Las endrinas son a menudo silvestres, y se encuentran principalmente en arbustos espinosos. No suelen ser utilizadas en preparaciones ni postres; estos frutos, pequeños como los mirabeles, suelen ser consumidas frescas. Los mirabeles, por su lado, son naturalmente muy dulces, lo que los hace ideales para pasteles y postres. Las ciruelas Claudia son muy carnosas, grandes y redondas, mientras que las ciruelas de Damasco, también grandes, son de forma ovoide. Todas las ciruelas se pueden comer crudas y frescas, y los mirabeles son deliciosos de esta forma, pero las reina Claudia suelen utilizarse para mermeladas o para hacer conservas. Las ciruelas de Damasco son comúnmente utilizadas para hacer dulces y pasteles.

Las variedades de ciruelos

Hay dos variedades principales de ciruelos: los que dan ciruelas de postre y los que dan ciruelas para secar. En la primera categoría se encuentran las variedades de origen japonés (Prunus salicina) como la Meknès, la Methley, la Santa Rosa y la Golden Japan, así como las de carne firme como la Friar, la Black Amber y la Angeleno, que tienen un gran sabor. Con respecto al otro tipo de ciruelas, la ciruela de Ente o de Agen, cruzada con la Grand Duck para mejorarla, da la variedad para secar por excelencia que es la Stanley. Volviendo a las variedades de postre, se las puede distinguir por la altura del árbol; así, las variedades de tallo bajo como el mirabel pequeño, el mirabel tardío y la Rivers\’s Early Prolific suelen destinarse a huertos más pequeños. Entre las recomendadas para la huerta, y para aquellos que prefieren las variedades de tallo alto, se puede mencionar entre otras las reina Claudia violeta y de Althan y la ciruela de Damasco violeta. Algunas son aptas para huertos y huertas por igual, como los mirabeles tempranos y grandes y la Gota de oro de Coé.

El cultivo y la cosecha de ciruelas

Las variedades Methley, Golden Japan y Santa Rosa se adaptan más o menos bien a todo tipo de climas, incluso en las regiones menos frías. Estos tipos de ciruelo no requieren de intervención humana para fertilizarse. Los Meknès se cultivan en alturas medias y se adaptan a climas frescos. Esta variedad también es autofértil, a diferencia de la Angeleno que sólo lo es parcialmente. Estos ciruelos deben espaciarse de 15 metros a 18 metros como máximo para permitir la polinización, que requiere un polinizador que florezca al mismo tiempo. La cosecha se realiza a partir de septiembre. Al igual que la Angeleno, la Black Amber se planta en altura; esta variedad necesita de la Friar para la polinización, y viceversa, y ambas clase de ciruelo son muy resistentes y robustas. La primera da fruta al final de julio y la segundo a mediados de agosto. La Stanley necesita un clima fresco y una buena altura. La recolección se realiza a principios de septiembre y los frutos maduran poco a poco, uno por uno, durante un período de dos semanas a un mes. Muy resistentes, los frutos soportan el transporte, lo que permite la comercialización a gran escala. Casi todas las ciruelas para secar se cosechan en agosto y septiembre.

Cómo consumir las ciruelas

Las ciruelas de postre como las variedades Methley, Golden Japan y Santa Rosa no sirven para conservas, ya que son muy frágiles. Se trata entonces de frutas para consumir frescas; una gran manipulación las dañaría, y por esa razón un transporte largo no les es beneficioso. Por el contrario, las ciruelas de floración tardía como las variedades Meknès, Angeleno, Black Amber y Friar se pueden almacenar de dos a cuatro meses. Su carne es firme, consistente y de excelente sabor. Las ciruelas para secar que mejor se adaptan a las diversas preparaciones culinarias son la Stanley, la ciruela de Ente, la Perdrigon, la reina Claudia de Bavay y la ciruela de damasco. De la ciruela también se obtienen aguardientes y vinos de postre muy apreciados por los gourmets. Por otra parte, algunos perfumes incluyen esencia de ciruela entre sus ingredientes.

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Publicado en Vergeles y árboles frutales por Alejo el 14 Jun 2011