La planificación del huerto, que requiere ocuparse de la plantación de plantas compañeras y de la rotación de cultivos, puede convertirse rápidamente en un dolor de cabeza. Cada planta tiene un ciclo de cultivo propio, así como características específicas que hay que tomar en consideración. Sin embargo, existen técnicas para organizar y facilitar este planeamiento, uniendo lo útil a lo agradable. En resumen, la planificación del huerto es una etapa importante para mantener el control de la plantación.

La gestión de un huerto comienza mucho antes de la temporada de cultivo, ya que la planificación suele llevarse a cabo durante los períodos de calma del invierno. Aquí encontrará algunos consejos acerca de los métodos de planificación que pueden aplicarse al huerto.

La selección de especies

La planificación para el jardín comienza con la selección de especies que se plantarán. Esta selección se basará en gran medida en sus necesidades de hortalizas, tanto en lo que respecta a las variedades como a la cantidad. Por ello, es útil conocer el promedio de producción de una variedad para determinar la superficie de parcela que debe asignársele. Por supuesto, también debe considerar sus posibilidades financieras: un huerto necesita una inversión para ser productivo, por lo que debe calcular cuánto está dispuesto a invertir a lo largo del año, anticipando la regresión del presupuesto los años siguientes. Al hacer sus previsiones, considere también el tiempo del que disponga para dedicarle al huerto: de nada sirve establecer una larga lista de cultivos si no podrá terminar lo que empezó. Por supuesto, la selección también dependerá de sus gustos y expectativas.

La planificación cronológica del huerto

Una vez elegidas las especies será el momento de consultar los calendarios de cultivo y utilizarlos para la planificación del huerto; el primer paso consistirá en separar las plantas anuales de las perennes. Las plantas perennes no tendrán mucha injerencia en la planificación: las acciones importantes para su cultivo serán el suministro de fertilizantes, los tratamientos insecticidas y fungicidas, la poda y la cosecha. Las fechas de estas tareas son sistemáticas y cambian en raras ocasiones. Las plantas anuales, en cambio, requieren una gestión más compleja, ya que hace falta tomar en consideración todas las fechas a partir de la siembra en invernadero hasta la cosecha o la recolección de semillas para la próxima temporada. La diferencia entre la velocidad de crecimiento de cada especie permitirá la organización plantaciones simultáneas; por ejemplo, se podrán plantar tomates y rábanos en la misma parcela. Estos cultivos simultáneos ayudarán a optimizar el rendimiento de los huertos pequeños. Por otra parte, es bueno saber que la planificación cronológica del huerto implica tener en cuenta, además los calendarios de cultivo de cada planta, informaciones estadísticas y meteorológicas sobre la región (frecuencia y severidad de las heladas, temperatura, etc…).

La planificación funcional del huerto

La planificación del huerto concierne también la asociación de diferentes especies sobre una misma parcela o era. Esta asociación se denomina justamente cultivo asociado o de plantas compañeras, y consiste en plantar de manera conjunta especies cuyas características naturales las hacen afectarse positivamente. Por ejemplo, es recomendable alternar hileras de puerros o cebollas con otras de zanahorias, ya que los puerros actúan como repelente contra la mosca de la zanahoria, y las zanahorias tienen el mismo efecto sobre las cebollas. 

La albahaca puede plantarse junto al tomate porque realza su sabor. El clavel de la India, por su parte, es un repelente para los pulgones, pero también atrae a las abejas y otros insectos útiles para la polinización, lo cual lo hace muy útil para plantas como el calabacín. Por otro lado, el cultivo asociado también puede basarse en las similitudes en el comportamiento de las plantas, para lo cual hay que plantar juntas plantas que tengan las mismas necesidades de agua o de tipo de suelo. Por supuesto, es importante tener cuidado al asociar las plantas, ya que algunas combinaciones pueden tener efectos negativos, como por ejemplo las de ajo y repollo o salvia y pepino.

Asimismo, la planificación del jardín debe tener en cuenta la rotación de cultivos. Este principio consiste en no cultivar la misma familia de plantas en la misma parcela durante dos años consecutivos, con el objetivo de no fatigar el suelo y de minimizar el riesgo de brotes de enfermedades. Un truco sencillo para planificar la rotación es plantar en una sección del huerto plantas de la misma familia; a continuación, basta con hacer la rotación sección por sección. Asegúrese de incluir en el plan una sección que se dejará en barbecho.

La planificación estética del huerto

La planificación estética del huerto permite unir lo útil a lo agradable; nos referimos con esto a la organización física de las parcelas. El primer paso es prever una buena red de pasillos de al menos 50 centímetros de ancho entre las eras de cultivo. La orientación de los cuadros debe basarse en la dirección de la luz y el sentido del viento. Esta orientación facilita el trasplante en línea y favorece la exposición de la parcela. Es importante asegurarse de que las plantas más altas se plantan en el norte y las más pequeñas en el sur, para evitar que reciban las sombra de las otras. Por último, también se puede traer llevar un poco de color al huerto plantando flores. Además de la estética y el perfume, estas flores atraerán abejas y abejorros, insectos muy útiles para la polinización.

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Publicado en Tareas del huerto por Alejo el 28 Sep 2011