Una siembra exitosa requiere elegir la técnica adecuada para el cultivo de la variedad de flores en cuestión. Las flores se clasifican de acuerdo con su longevidad y su ciclo de crecimiento: Las que pueden sobrevivir bajo tierra en invierno (en forma de bulbo) son llamadas perennes, y los que sólo duran un año se clasifican como anuales. La siembra de flores puede realizarse en tierra o en una bandeja, con tierra enriquecida.

La siembra directa es precedida por una labranza profunda realizada en otoño en una tierra enriquecido con estiércol. En primavera se debe aflojar el suelo y rastrillar para sacar las piedras. Se debe esparcir las semillas en surcos finos, dejando tres centímetros de espacio entre cada uno; antes de trazar los surcos se debe aplanar bien el suelo. Se debe cubrir las simientes con una delgada capa de tierra con un grosor similar al tamaño de la semilla. Las semillas pequeñas se deben mezclar con arena para una mejor dispersión sobre el terreno. En el caso de que la siembra se efectúe en una bandeja o semillero, se lo debe llenar con grava hasta un tercio del borde para facilitar el drenaje. El volumen restante debe estar compuesto de unos 2 cm de una mezcla de arena, mantillo y turba pulverizada en partes iguales. La cama de siembra debe estar bien nivelada para que las semillas puedan estar bien esparcidas.

La siembra de semillas

Para crecer adecuadamente, las semillas requieren calor y suficiente humedad. Las plántulas deben ser regadas y cultivadas hasta que su tamaño requiera un trasplante a una bandeja más grande. Las semillas de flores bienales se siembran en primavera u otoño en bandejas situadas lejos del frío. Las flores anuales pueden ser sembradas en bandejas protegidas o directamente en el jardín al final del invierno, según de qué variedad se trate. Las plantas perennes se siembran directamente en tierra en enero, y se las puede propagar por división de la mata o a partir de esquejes. Algunas flores se pueden propagar siguiendo diferentes técnicas.

La plantación de flores

Algunas plantas perennes se propagan gracias a sus partes subterráneas, constituidas por bulbos, tubérculos o rizomas, y florecen en primavera o verano según la especie. Los bulbos se deben enterrar en un suelo enmendado y bien drenado. Si el suelo es viscoso y húmedo debido a un alto contenido de arcilla, se debe instalar un lecho de arena para plantar los bulbos. Los bulbos se entierran con ayuda de un plantador, a una profundidad de 2 a 3 veces su diámetro. Los rizomas y tubérculos se plantan en surcos o en pequeños canales con espacio para rodrigones. La instalación de soportes permite señalar la localización exacta de las plantas y atar los futuros tallos secundarios. Esto estimulará el desarrollo del follaje, permitiendo crear un desarrollo armonioso del follaje.

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Publicado en Guía de flores por Alejo el 15 Jun 2011