Las acacias son árboles muy fáciles de cultivar y poco exigentes. Se trata de plantas que, si bien se desarrollan muy bien en climas cálidos, también toleran relativamente bien el frío o las corrientes de aire. No necesitan obligatoriamente un suelo muy rico, pero un pequeño suministro de mantillo o de estiércol tendrá un efecto benéfico en su desarrollo. Se las suele cultivar para decorar o airear una veranda, un patio o un balcón.

Las acacias son plantas de la familia de las leguminosas, originarias de regiones subtropicales como Australia. Algunas de las especies más populares son la Acacia aneura o mulga, la Acacia farnesiana o espinillo blanco, y diversas variedades conocidas como \”mimosas\” (que no deben ser confundidas con el género del mismo nombre). Existen aproximadamente 1500 especies de acacia distribuidas en todo el mundo, de las cuales alrededor de 1.000 están catalogadas sólo en Australia, que hizo de la acacia su flor nacional. Se trata de plantas fáciles de cultivar, que se adaptan bien a diferentes condiciones climáticas, tales como las de zonas costeras, muy húmedas, o sub-montañosas y áridas. Cuando se cultiva en el suelo o en su hábitat natural, una acacia puede medir fácilmente hasta 3 metros, mientras que una acacia en macetas pueden alcanzar hasta 1,5 metros y su crecimiento es relativamente lento. Las acacias florecen normalmente durante todo el año, pero la eclosión más importante se produce entre marzo y abril. Sus flores son de color amarillo, pero también hay algunas especies que dan flores de color rosa.

La plantación y la propagación de las acacias

El período de plantación de acacias varía de acuerdo al estado y modo de adquisición de la plántula: las plantas de raíz desnuda, por ejemplo, es mejor plantarlas desde finales de octubre hasta finales de marzo. Las acacias adquiridas en maceta, por su lado, pueden plantarse en principio durante todo el año, pero es mejor hacerlo entre septiembre y mayo. Para las acacias vendidas con cepellón, por último, el período de siembra es entre octubre y abril. Si el suelo de plantación es relativamente impermeable, se puede hacer un drenaje y añadir un poco de grava y arena. Al plantar se puede agregar un poco de abono, de mantillo o de estiércol para fertilizar la tierra. Es recomendable revolver la tierra de la mitad inferior del agujero y evitar todo contacto de la raíz con los fertilizantes para prevenir cualquier riesgo de quemaduras. Más allá del tipo de acacia a plantar, es importante para hacer un agujero por lo menos 2 o 3 veces el tamaño de las raíces, el el contenedor o el cepellón, ya que esto permitirá que las raíces estén bien aireadas y crezcan más rápido.

La propagación de acacias se realiza normalmente por estaquillado; se pueden utilizar esquejes de madera semidura obtenidos de ramas laterales en verano. Es importante utilizar un cuchillo limpio y bien afilado, de manera que los cortes se desarrollen mejor. A continuación hay que sumergir las bases de las estacas cortadas en hormona de enraizamiento, y plantarlas luego en arena húmeda. Se aconseja colocar el esqueje en un lugar con semisombra y cubrirlo con una bolsa de plástico para mantener una temperatura de alrededor de 21˚C. Los esquejes pueden ser trasplantados una vez que han aparecido nuevos brotes, y se recomienda ponerlos al principio en un lugar sombreado. Si la planta crece relativamente bien se la puede poner a la luz del sol.

Mantenimiento de la acacia

Las acacias son árboles que no requieren un mantenimiento especial; sin embargo, es importante proporcionarles las mejores condiciones de cultivo para que se desarrollen bien. Es importante realizar un primer riego inmediatamente después de la siembra, con el fin de favorecer el arraigo de la planta en la tierra. Este primer riego es fundamental, y se debe hacer incluso si llueve. Durante el primer año de vida, se aconseja regar regularmente las acacias. Sin embargo, hay que evitar los riegos demasiado regulares en invierno. Las plántulas pueden ser regadas con moderación al principio; durante el verano, es importante que el cepellón no se seque demasiado. Desde la primavera hasta principios de septiembre, se puede suministrar un poco de fertilizante líquido a las plántulas, por lo menos una vez al mes. Es necesario proceder a una poda anual después de la floración, ya que esto permitirá que la planta permanezca tupida. También es recomendable podar las vegetaciones demasiado abultadas por lo menos un tercio. Normalmente, los fuertes calores del verano no son una fuente de preocupación, pero se debe prestar atención en invierno: es importante mantener una temperatura mínima de 10 a 15˚C durante el día y de al menos 7˚C durante la noche.

Las acacias suelen ser objeto de errores de cultivo o víctimas de enfermedades, pero hay soluciones para todas las situaciones. Si los filoides empiezan a oscurecerse o a perder vigor, sobre todo en invierno, es probablemente debido al exceso de agua. Se aconseja entonces trasplantar la planta tan pronto como sea posible y añadir compost un poco más drenado y seco; también se puede utilizar un fungicida. Si la acacia se ve invadida por arañas rojas, se la puede tratar con un insecticida o acaricida apropiado. Las acacias también pueden ser víctimas de diversos tipos de cochinillas, que se implantan bajo los filoides. Se las puede eliminar con un paño empapado en alcohol de quemar o desnaturalizado, o tratar la planta con un insecticida adecuado.

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Publicado en Arboles y arbustos por Alejo el 14 Jun 2011