Árbol de la familia Pinaceae, el alerce es una conífera que se encuentra en los bosques de gran altitud o en las regiones montañosas. El alerce, lárice o alerce europeo (Larix decidua) es un árbol que puede vivir cerca de 500 años. Apreciado por porte piramidal y su corteza sólida, el alerce necesita ser cultivado en grandes áreas para poder desarrollarse bien.

Utilizado en la construcción naval por la calidad y resistencia de su corteza, el alerce es un árbol especialmente robusto y sólido. Esta magnífica conífera, propia de grandes espacios, florece desde la llegada de la primavera, y luego sus inflorescencias se transforman en una serie de pequeños conos espinosos. Cuando se completa su crecimiento y alcanza su tamaño adulto después de algunos años, el alerce llega a medir unos cuarenta metros. Como las raíces del árbol tienden a crecer mucho, es importante que el alerce sea plantado en un lugar bien aislado, donde su crecimiento no sea alterado. En los jardines más grandes, es posible cultivar especies como el alerce común o el alerce de Japón (Larix kaempferi). Si en cambio usted dispone de un espacio limitado para el cultivo de árboles, es mejor optar por las variedades más pequeñas como el alerce de Japón \”Stiff Weeping\” o el Larix decidua Puli, que crecen menos. También existen otras especies del género Larix, como por ejemplo el alerce oriental (Larix laricina), reconocible por su altura particularmente alta y el magnífico color amarillo dorado con que se adornan en el otoño. Muy decorativas, estas variedades también son ideales para el embellecimiento de los jardines, siempre que tengan suficiente espacio para crecer y expandirse.

Cómo plantar un alerce

Al igual que una gran mayoría de los árboles de su tipo, el alerce se debe plantar en octubre o noviembre, es decir, al inicio del otoño. El alerce crece en suelos húmedos en las regiones en las que se lo encuentra en estado silvestre, por lo que el árbol joven que usted plantará se desarrollará mejor en tierras no demasiado ligeras y más bien ácidas.  En lo que respecta a la exposición solar, no se trata de un árbol que plantee exigencias particulares, ya que puede crecer bien tanto con sol que en un emplazamiento relativamente sombrío. Sin embargo, es importante que el alerce aproveche diariamente la luz solar, lo que implica evitar los espacios con demasiada sombra. En el momento de la plantación hay que asegurarse no haya otros árboles creciendo cerca de su conífera. También es importante que el suelo sea profundo, para que el sistema radicular pueda desarrollarse adecuadamente. Por otro lado, se debe señalar que el alerce crece mejor a alturas elevadas donde la atmósfera es pura. En consecuencia, esta magnífica conífera a veces puede tener alguna dificultad para adaptarse a los lugares urbanos; en este caso debe ser plantada en lugar del jardín donde el aire sea puro y fresco.

Mantenimiento del alerce

El alerce es un árbol de una sorprendente facilidad de cultivo. Como se trata de una especie acostumbrada a los climas hostiles de las regiones alpinas, los alerces crecen prácticamente solos, sin que requieran mantenimiento. Por supuesto, un suministro regular de agua será crucial en los meses siguientes a la plantación, pero fuera de esta atención en particular el buen crecimiento del árbol no plantea mayores preocupaciones. Muy resistente, el alerce tolera los inviernos duros sin que haga falta protegerlo del frío y las inclemencias del tiempo. En consecuencia, lo mejor es dejar que su alerce joven crezca a su propio ritmo después de la plantación, sin preocuparse mucho al respecto.

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Publicado en Las coníferas por Alejo el 10 Jun 2011