El castaño de indias es un árbol de gran porte de la familia Hippocastanaceae, de copa redondeada, cuyo tamaño puede alcanzar casi 30 metros. Produce flores blancas en racimos terminales en forma de pirámide, y frutos (castañas) que no son comestibles como las castañas comunes pero tienen otros usos: medicinales, para alimentación de animales, etcétera. La plantación de un castaño de Indias requiere un seguimiento posterior, con el objetivo de que la planta reciba los nutrientes necesarios para su crecimiento. También será necesario aplicar ciertas técnicas, como el trasplante.

El cultivo del castaño de Indias puede comenzar con la preparación de una maceta con arena, a la que se le deben practicar agujeros en determinados lugares permitir un buen drenaje. En la maceta se puede tanto enterrar semillas como colocar plantones.

Sembrar y mantener un castaño de Indias

La siembra del castaño de Indias requiere el cumplimiento de determinadas condiciones. En primer lugar, es indispensable utilizar un suelo propicio para el cultivo: la planta requiere un suelo arcilloso y arenoso, con buen drenaje y húmedo. Se debe sembrar en otoño o invierno, cuando la temperatura es baja, para favorecer una buena germinación en primavera. Para ello, un primer método consiste en poner directamente las nueces en la mezcla de tierra preparada de antemano a tal efecto, y regar de manera frecuente hasta la aparición de los primeros plantones; los más vigorosos se plantarán a continuación de manera definitiva en las zonas donde se desee cultivar los árboles. El segundo método consiste en dejar las nueces en un vaso de agua durante varios días, hasta la aparición de las primeras raíces, para luego enterrarlas en el suelo en los espacios previstos. Como con el primer método, se deben elegir los ejemplares más fuertes y desarrollados.

Con respecto al sol, una exposición suficiente es necesaria para asegurar que el árbol crezca rápido: muy poco sol puede reducir significativamente la velocidad de crecimiento, frenando así la producción de flores. Una exposición solar suficiente es entonces un factor importante para el cultivo correcto, al igual que la elección de la tierra: el castaño de Indias necesita nutrientes necesarios para florecer, lo que se logra con el suministro de abono para fertilizar la tierra. Es recomendable utilizar fertilizantes ricos en nitrógeno para que las hojas puedan conservar su color verde. En cuanto al fósforo, es necesario para el buen desarrollo de flores, mientras que el potasio proporciona protección contra diversas enfermedades y numerosos insectos, por ejemplo la cameraria (Cameraria ohridella). Existen varios tipos de abonos disponibles, pero en todos los casos es imprescindible respetar la dosificación prescrita en el prospecto recibido cuando se adquiere, con el fin de hacer un buen uso.

El mantenimiento del castaño de Indias

Los árboles deben ser mantenidos y cuidados, para evitar que contraigan enfermedades causadas por parásitos. El crecimiento correcto del Castaño de Indias requiere un cultivo en un suelo propicio y un tratamiento regular. Para un mejor seguimiento de su evolución, es posible confeccionar una ficha en la que anotar todas las etapas del crecimiento. Es importante, cuando una enfermedad se declara, tratarla lo antes posible con un fungicida o insecticida adecuado. El castaño de Indias es una planta muy resistente a insectos y enfermedades, pero la enfermedad más frecuente se evidencia en que las hojas se secan prematuramente. En este caso hay que recoger las hojas muertas, arrancar las hojas afectadas que todavía estén en el árbol y proceder a su destrucción. Además, para evitar el agotamiento de la planta, es conveniente eliminar las hojas marchitas y amarillentas. En una etapa de crecimiento de la planta puede ocurrir que las raíces llenen la maceta; en ese caso hará falta ya sea trasplantarla a una maceta aún mayor, ya sea romper primero la maceta inicial, con el objetivo de permitir una buena ramificación y una respiración suficiente. El trasplante es esencial para el castaño de indias, ya que permite reducir las largas raíces que desbordan (lo que repercute en las ramas). Por último, es necesario el riego regular evitando el exceso de agua: demasiado riego podría pudrir las raíces y afectar así la planta. También hace falta un suelo fértil que facilite el drenaje, así como el suministro de fertilizantes orgánicos, para el buen mantenimiento del árbol.

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Publicado en Grandes árboles por Alejo el 10 Jun 2011