Originaria de Europa, el haya (Fagus sylvatica), es un árbol de la familia de las fagáceas que se cultiva por su madera sólida, utilizada en carpintería. El haya también es un árbol ornamental muy interesante para los jardines de adorno cuando se cultiva de forma aislada. La haya es vulnerable a diversas enfermedades, por lo que hay que proporcionarle un mantenimiento regular para que pueda conservarse saludable.

El haya es un gran árbol con corteza lisa y de hoja caduca, cuyas diversas variedades presentan características propias. Efectivamente, la \”Fagus sylvatica\” o haya común presenta diversas variedades que se pueden seleccionar para ser cultivadas en un jardín. Así, existen variedades con hojas variegadas como la Fagus silvatica Tricolore, y también con hojas de colores más oscuros como la Fagus sylvatica Purpurea, que se distingue por un color púrpura profundo. Al comprar el arbolito de haya es mejor privilegiar las plantas vendidas con cepellón, ya que se adaptan más fácilmente y más rápidamente al suelo. Por otra parte, y al igual que muchos árboles, el haya no se desarrolla muy rápidamente. Por consiguiente, es importante tener paciencia hasta que el árbol alcance finalmente su tamaño definitivo, que suele ser de alrededor de treinta o cuarenta metros.

Cómo plantar el haya

Aunque el haya se adapta fácilmente a muchos tipos de suelo, es mejor cultivarla en suelos ricos en humus, o incluso en suelos pobres pero húmedos. Conviene plantar el árbol en otoño antes de las primeras heladas, preferentemente en un lugar con bastante sol pero sin una exposición solar directa. En el momento de la plantación, es inútil cavar un hoyo muy profundo, ya que el sistema de raíces del árbol no es proclive a desarrollarse en profundidad. En consecuencia, el árbol tiende a ser bastante frágil en el período de desarrollo, por lo que es esencial preservarlo de una exposición al viento demasiado prolongada. Así, para evitar perder el árbol de manera precoz hay que elegir un lugar del jardín protegido de los vientos violentos del invierno, ya que la haya puede ser fácilmente arrancada por la violencia de los elementos.

El mantenimiento del haya

Además del riego regular y de la enmienda de la tierra en primavera durante su crecimiento inicial, el haya debe recibir una atención especial en lo que respecta a las enfermedades. En efecto, se trata de un árbol que lamentablemente tiene tendencia a ser presa de hongos parásitos y de insectos que atacan directamente su madera suave, dañándola considerablemente. Actualmente existen muchos remedios naturales disponibles en centros de jardinería que pueden ser utilizados para destruir estas plagas. Por último, no dude en realizar una poda de hojas importante en invierno para darle al árbol la forma que desee y hacer aparecer nuevos brotes. En verano, si el calor es demasiado intenso hay que regar generosamente la tierra alrededor del árbol, ya que la haya no tolera suelos demasiado secos

Entradas relacionadas:

  1. El cuidado del nogal, desde la juventud hasta la madurez
  2. Consejos de cultivo y mantenimiento para tener un arce en perfecta salud

Publicado en Grandes árboles por Alejo el 10 Jun 2011