La primavera es la estación ideal para la siembra o el trasplante de plantas en un terreno preparado para este fin, con un suelo bien labrado, suelto y rico en humus. Si la germinación de semillas no se realiza en un invernadero con calefacción, se deben cumplir varias condiciones para tener éxito en la operación. De hecho, aparte de la preparación del suelo, también hay que seleccionar las especies y variedades a sembrar teniendo en cuenta las realidades climáticas, entre otros factores.

El suelo destinado a la recepción de la siembra debe estar preparada entre marzo y junio Durante este período, en que la humedad oscila entre el 20 y el 40%, hay que proceder a arar la tierra antes de liberar el suelo de las zonas que se hayan compactado por los cultivos anteriores. También hay que considerar la posibilidad de fertilizarlo realizando un suministro de humus o fertilizante. Igualmente, se debe tener en cuenta que el fertilizante debe ser elegido de acuerdo a la planta a cultivar. Después de haber labrado, revuelto y enriquecido el suelo con fertilizantes suficientemente, por lo general es conveniente dejar a la vegetación herbácea el tiempo suficiente como para descomponerse antes de sembrar las semillas. También es imprescindible adaptar el calendario de la siembra al clima de las regiones. Así, en las regiones más al sur la operación podrá realizarse antes que las zonas más al norte.

Los modos de siembra de primavera

Existen muchas maneras de sembrar las semillas, una de las cuales es la siembra a golpes o a marco real, que consiste en poner 3 o 4 semillas en una cuadrícula. Este método es adecuado para las plantas que necesitan grandes espacios para crecer. Para la siembra en hileras sólo se coloca una semilla por hoyo, asegurándose de que los agujeros, de 1 a 2 cm de profundidad, estén bien alineados. De esta manera hay que hacer varias hileras separadas entre sí por 50 cm, si se trata por ejemplo de semillas de tomates, o por un metro para plantas como los pepinos. La siembra al voleo se utiliza para las plantas que no requieren mucho espacio para crecer. En efecto, las raíces de este tipo de plantas no precisan hundirse muy profundamente para ser capaces de captar los nutrientes necesarios para su desarrollo. En cualquiera de estos tres modos de siembra se debe tener cuidado de apisonar bien las partes del suelo donde se haya enterrado las semillas. Para ello hay que pasar por el suelo una tabla o la parte posterior de un rastrillo para hacerlo más compacta. En lo que respecta a los arbolillos, para hacerlos crecer macetas o bandejas por lo general se recurre a la siembra semillero.

Medidas a tomar para tener éxito en la siembra de primavera

Una vez que la siembra se ha completado, es aconsejable regar el jardín con regularidad para dar agua a las semillas, que la necesitan para vegetar, pero también para mantener el suelo fresco. Sin embargo, hay que tener cuidado de no humedecer demasiado el suelo para no correr el riesgo crear charcos de agua o residuos de lodo, o de promover el crecimiento de moho y musgo al pie de las plantas. Finalmente, en el caso de la siembra en semillero, hay que asegurarse de no regar las hojas de la planta.

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Publicado en La siembra por Alejo el 19 Aug 2011