Según la sabiduría popular, la habilidad para la jardinería es un don, ya que algunas personas tendrían naturalmente buena mano para las plantas y otras no. Sin embargo, para cultivar como los horticultores, hortelanos o profesionales de la jardinería en general, hay que empezar por aprender y practicar. Comience entonces por plantar hortalizas, creando un bonito huerto: con un poco de paciencia, usted podrá disfrutar de excelentes hortalizas luego de unos meses.

Antes de empezar a sembrar, plantar y trasplantar los vegetales, es necesario procurarse algunas herramientas de jardinería básicas como una horquilla, un rastrillo, una laya, una azadilla, un plantador, un sembrador y otros utensilios adecuados para la jardinería. Dado que todos los vegetales no crecen de la misma manera, es imprescindible conocer los diferentes métodos de cultivo específicos para cada planta. Así, hay muchas preguntas por responder antes de plantar cada hortaliza. Una vez que las plántulas estén bien plantadas y hayan alcanzado una cierta altura, es necesario aprender cómo proceder al aclareo antes del trasplante.

Cómo tener éxito en la siembra de hortalizas

Hay varios pasos que no deben descuidarse para lograr una buena siembra. En primer lugar, lo mejor es conseguir buenas semillas comprándolas a un distribuidor especializado. Hay tres maneras de sembrar hortalizas, y la siembra a distancias precisas es una de las más utilizadas. Éste es el método utilizado para sembrar espinaca, zanahoria, nabo, canónigo, guisantes y acedera. El suelo debe ser cuidadosamente preparado, y luego arado y trabajado. Una vez preparada la cama de siembra, hay que trazar surcos de unos pocos centímetros de profundidad sobre líneas previamente marcadas para recibir las semillas. Después de la siembra, alcanza con colocar una delgada capa de tierra para cubrir los surcos, utilizando la parte lisa del rastrillo. Las plantas jóvenes necesitan aire y luz, y no requieren mucho espacio para crecer. Dependiendo del tipo de hortaliza a sembrar, hay que respetar una distancia determinada, tanto entre las semillas al sembrar que entre las plántulas después del aclareo. Por otra parte, un jardín suele incluir un semillero, un espacio privilegiado particularmente soleado y protegido. Las plántulas crecerán allí favorablemente, y estarán mejor protegidas de las inclemencias del tiempo. Esta pequeña superficie permitirá sembrar un gran número de plantas, que posteriormente serán trasplantadas en otros lugares. Así, el semillero puede utilizarse para sembrar cebollas blancas en septiembre y en primavera para comenzar la producción de lechuga. En cuanto a la siembra bajo cubierta, se trata de siembras realizadas protegidas por alguna estructura, generalmente un mini-invernadero o bajo un túnel de plástico.

Las etapas a la plantación de hortalizas

El mes de marzo es el período ideal para plantar hortalizas en la tierra. Los primeros trabajos consistirán en preparar bien el terreno, asegurándose de que cada faja de tierra no supere el metro de ancho, ya que si se sobrepasan estas dimensiones será difícil mantener el huerto y las malas hierbas crecerán rápidamente. Cada cuadro o era debe ser arado cuidadosamente con una horquilla para arado para proteger la fauna útil como las lombrices. A continuación hay que enriquecer la tierra con fertilizantes, y si el suelo es muy arenoso se puede estabilizar utilizando turba rubia. Si el terreno es muy compacto será conveniente airearlo con turba marrón para permitir el paso del agua de riego. Asimismo, elimine gravilla, guijarros y malas hierbas para que la faja sólo contenga tierra muy friable. El paso siguiente es compactar la tierra y rastrillar la superficie antes de proceder a la siembra de las semillas. Para la plantación en sí existen diferentes técnicas, como por ejemplo la plantación en arriato o arriate, que consiste en acondicionar una ligera pendiente junto a un pequeño muro orientado al sur. Esto permitirá que las semillas reciban mucho sol y así crezcan rápidamente. Otro procedimiento es el de la siembra en línea. Muy común, esta técnica consiste en extender cuerdas a intervalos regulares a lo largo de cada faja de tierra, y luego excavar surcos en los que se sembrarán las semillas. Una vez que todos los surcos estén cubiertos de tierra, será necesario regar abundantemente las eras, por supuesto que teniendo cuidado de que las semillas no se ahoguen. Finalmente, la siembra a golpes en hoyos de plantación está reservada a las semillas de gran tamaño, que deben plantarse en grupos de 4 o 5 por surco. Estos pequeños montones deben estar separados por unos 40 cm, y los hoyos de plantación deben luego ser cubiertos con tierra de la misma forma que en la técnica de la línea de siembra.

Aclareo y trasplante de plántulas

El aclareo consiste en separar las plántulas cuando alcanzan unos 3 cm: por lo general, en esta etapa empiezan a estar demasiado apretadas en los surcos y hoyos. Por ese motivo, es apropiado crear intervalos regulares entre cada plántula y arrancar los ejemplares innecesarios. Para las plántulas de puerros, canónigos, salsifíes, rábanos y las otras hortalizas del mismo tamaño, los profesionales recomiendan una distancia de dos dedos, mientras que las plántulas de perifollo, zanahoria, espinaca, acedera, cebolla amarilla y otras deben estar espaciadas por tres dedos. La distancia intercalar debe ser en cambio de una mano para las hortalizas más grandes como el maíz o la lechuga. En lo que respecta al trasplante, es una operación que concierne a las plántulas de semillero, que necesitan ser trasplantadas a fajas espaciosas cuando estén en su período de mayor crecimiento amplio. Estas extensiones de tierra deben ser previamente limpiadas y enriquecidas con fertilizante de acción rápida. Las plántulas jóvenes deben ser extraídas con un plantador o una laya, teniendo cuidado de sacar la tierra de sus raíces. La plántula y sus raíces deben ser reducidas a la mitad de su tamaño antes de proceder al trasplante en agujeros a intervalos regulares utilizando el plantador. Prevea un agujero por planta, y asegúrese de no dejar burbujas de aire cuando vuelva a cubrirlo de tierra. Cave luego un pequeño agujero a 4 o 5 cm de cada planta, y luego vierta allí 50 cl de agua. Por último, no olvide desherbar regularmente para que las hortalizas puedan crecer adecuadamente.

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Publicado en Tareas del huerto por Alejo el 30 Aug 2011