La mezcla de Burdeos o caldo bordelés, que se utiliza con frecuencia en jardinería, es un fungicida a base de cobre. Comercializado bajo diferentes marcas, está disponible en forma de polvo o de micro gránulos. Los jardineros lo usan como un tratamiento preventivo en la primavera, cuando aparecen los brotes. Sin embargo, se deben tomar precauciones al aplicar el producto, ya que el caldo bordelés utilizado en exceso puede ser tóxico para la planta y contaminar el suelo.

Originalmente, la mezcla de Burdeos se utilizaba para tratar el mildiu de la vid. Este producto ayuda a luchar contra muchas enfermedades como la sarna de los perales y de los manzanos, el mildiu de la papa y el del tomate, la gomosis de los frutales de hueso, la entomosporiosis del membrillo y el chancro bacteriano de perales y manzanos. El caldo bordelés se utiliza para combatir algunas enfermedades bacterianas.

El caldo bordelés, una preparación eficaz

La mezcla bordelesa fue descubierta accidentalmente por los viticultores de Burdeos, que utilizaban este producto para luchar contra los ladrones, ya que les impedía comerse las frutas. El caldo bordelés es una receta utilizada para el tratamiento tradicional de las setas desde hace siglos. Se trata de un fungicida de color azulado a base de sulfato de cobre y de cal, con un dosificación respectiva de 10 y 20 gramos por litro. El cobre contenido en la mezcla de Burdeos mejora el endurecimiento de la madera y la resistencia de la planta a las heladas. Luego de la aplicación del producto, los frutos son más resistentes a la podredumbre y a las bacterias. La mezcla bordelesa también permite una cicatrización rápida de las ramas después de una poda.

El uso de la mezcla de Burdeos

El polvo o micro-granulado en sobres debe ser diluido con agua para obtener el caldo bordelés. La solución obtenida, de color azul, se aplica por pulverización en las plantas a tratar. El tratamiento preventivo de los árboles frutales como el ciruelo, el albaricoquero y el melocotonero se lleva a cabo en febrero con tiempo seco y antes de la floración. Fresas, uvas, tomates y patatas deben ser rociados en mayo, y luego hay que renovar la aplicación del producto cada dos semanas. El ciruelo, el manzano, el albaricoquero y el melocotonero deben ser tratados en el otoño después de la caída de las hojas. El uso de la mezcla de Burdeos en la agricultura orgánica no debe exceder una concentración de cobre de 6 kilogramos por hectárea, un límite anual adecuado.

Precauciones para el uso

El uso excesivo de la mezcla de Burdeos es tóxico para las plantas. Bajo la acción del sulfato de cobre, las hojas pueden marchitarse. Como el cobre no puede ser rápidamente eliminado del suelo, el metal se puede llegar a una tasa de 200 mg/kg de suelo, una tasa desproporcionada en relación con el umbral de 2 a 60 mg/kg. También es conveniente respetar las dosis evitando la pulverización durante los períodos de altas temperaturas.

Los frutales de hueso no pueden ser tratados durante el período de floración. La aplicación de la mezcla de Burdeos en este momento puede ser dañina. Hay que evitar el tratamiento de las hortalizas cuando se acerca el período de cosecha para el consumo. Por otra parte, la presencia de una gran cantidad de cobre en los mostos tiene efectos adversos sobre las levaduras responsables de la fermentación del vino. El caldo bordelés es tóxico para los seres humanos, los peces y otros animales. Por ello, se recomienda almacenarlo en un contenedor colocado fuera del alcance de los niños.

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Publicado en Los productos para el jardín por Alejo el 14 Jun 2011