Cultivar sus propias hortalizas garantiza el consumo de hortalizas sanas y frescas durante casi todo el año. Las verduras, bastante fáciles de cultivar y mantener, son una opción; sólo hace falta conocer cuáles son las mejores condiciones para su desarrollo. Las principales verduras son las judías verdes, la zanahoria, la remolacha, el tomate y el calabacín.

Las verduras (se trata de una denominación popular y no científica) son las partes comestibles de las hortalizas con hojas verdes, lo que no implica que la verdura en sí sea necesariamente verde. Se considera igualmente verduras a la zanahoria, la remolacha, la berenjena o el tomate. La mayoría de las verduras son fáciles de cultivar; sólo hará falta trabajar bien la tierra y elegir el rincón del jardín mejor adaptado a las verduras. Debe tratarse de un lugar soleado y protegido de los vientos fuertes; una orientación al Sudeste o el Sudoeste sería ideal. Como la cosecha de la mayoría de las verduras ya se ha completado a finales de septiembre, se puede trabajar la tierra en otoño o en invierno, enriqueciéndola con compost para preparar el terreno para sembrar en la primavera siguiente.

El cultivo de judías verdes

Las judías verdes son originarias de América del Sur y pertenecen a la familia de las fagáceas. Se trata de verduras muy beneficiosas para la salud porque son muy ricas en vitaminas y minerales. Aunque su cultivo es relativamente fácil, necesitan un mantenimiento particular para dar una buena cosecha. Se puede empezar a sembrar cuando el suelo comienza a calentarse después del invierno. El período de siembra se extiende desde la segunda quincena de abril hasta finales de julio, lo que permite escalonar la cosecha a lo largo de 2 o 3 meses. Las semillas deben colocarse en surcos de una profundidad de 3 a 4 cm, dejando un espacio de 10 a 15 cm entre ellos.  Luego cubra con tierra ligeramente apisonada; es importante asegurarse de que el suelo permanezca húmedo durante el período anterior a la emergencia de las plántulas. Cuando los sujetos jóvenes hayan llegado a una altura de aproximadamente 20 cm podrá comenzar el alomado (poner tierra en la base de la planta). 

El riego es otra etapa muy importante en el cultivo de las judías verdes, que comienza de 8 a 10 semanas después de la temporada de siembra. Es recomendable el riego en forma de llovizna o rociado (no en chorro) a los pies de las plantas para evitar enfermedades. Algunas plantas necesitarán un sostén, y el acolchado del suelo permitirá mantener la humedad del suelo. Para asegurarse de tener una buena cosecha de judías verdes, se recomienda remojar las semillas en agua fría o apenas tibia durante por lo menos 10 horas para facilitar la germinación. Otra cosa importante es prever al menos 50 cm entre las hileras de semillas sembradas para que las plantas puedan respirar mejor durante el riego. También se puede optimizar la superficie utilizada cultivando maíz o calabazas junto con las judías verdes.  Cuando las plantas de maíz sean lo suficientemente grandes podrán servir de sombra para las calabazas y de tutores para las plantas de judías verdes.

El cultivo de espinacas

Las espinacas son plantas perennes ricas en vitaminas y en oligoelementos. Se trata de plantas muy fáciles de cultivar, que prácticamente no necesitan un mantenimiento especial. Si las cultiva y las mantiene correctamente se pueden cosechar durante todo el año. Se recomienda sembrarlas dejando por lo menos 30 cm entre cada planta. Es importante saber que la siembra de espinacas, a realizar de febrero a octubre, no requiere aflojar completamente la tierra. Las plántulas se arraigan con facilidad, por lo que un leve rastrillado es suficiente. Si usted siembra en verano, asegúrese de cubrir el suelo con una capa de pasto seco para evitar la evaporación, sobre todo si hace calor. Mezclar las semillas con un poco de carbón vegetal en polvo antes de sembrar puede ser útil; esto evita que las semillas se pudran y pongan en peligro las plántulas existentes. También se deben fertilizar las plantas con un poco de abono nitrogenado para promover el crecimiento de las hojas. Se aconseja igualmente un suministro de compost o de abono para prevenir una tasa de nitratos demasiado elevada en las hojas, que podrían volverse tóxicas. Para la siembra se aconseja utilizar un túnel de plástico, ya que es necesario garantizar que la temperatura del suelo no sea inferior a 5˚C. El despunte lleva de 6 a 10 días como máximo, y hay que aclarar las filas de 8 cm por lo menos 10 días después de la germinación. Como las espinacas crecen muy rápidamente, la cosecha puede realizarse seis semanas después de haber sembrado.

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Publicado en Verduras por Alejo el 15 Jun 2011