Entre las numerosas plantas y legumbres que se pueden cultivar en el jardín está el altramuz, una leguminosa robusto y resistente, con una floración generosa compuesta de racimos apretados de una altura de entre 50 cm y un metro y apta para macizos y jardines silvestres. Se cultiva con fines decorativos, para el consumo y por su interés ecológico y biológico. Europa en general es favorable a su cultivo.

Existen tres variedades de altramuces. El altramuz o altramuz blanco es propicio al cultivo en España y Francia; el altramuz amarillo en las penínsulas ibérica e itálica y en Europa Central, y el azul en Australia. Por supuesto, el cultivo de altramuz azul, originario de Europa, también es posible en España y en Francia, en este último caso sobre todo en Bretaña y en la Alta Normandía. Los altramuces blancos y azules no requieren ningún tratamiento de eliminación del amargor, debido a su bajo contenido de alcaloides.

Método de siembra y cultivo de altramuces

Los altramuces se pueden cultivar en cualquier suelo, incluso en terrenos rocallosos. La siembra debe hacerse en un suelo que ya haya recuperado calor luego del invierno, y por ende desde mediados o finales hasta finales de abril. Para una mejor cobertura del suelo hay que sembrar 3 semillas por hoyo. Los hoyos deben estar separados de 17 cm y tener una profundidad de 2 a 3 en condiciones normales y de 1 a 2 cm en condiciones difíciles. Para favorecer la multiplicación de las matas, se recomienda la creación de matas pequeñas de 3 a 4 ejemplares por metro cuadrado. Para renovarlas, hay que dividir las matas cada 4 o 5 años. Para el cultivo en maceta, hay que utilizar u recipiente amplio y profundo, y enterrarlo en un hoyo en la tierra dejando que los bordes sobresalgan ligeramente.

Mantenimiento de los altramuces

Los altramuces son fáciles de cultivar y se vuelven a sembrar solos. Sin embargo, necesitan mantenimiento, y un acolchado o mulching es necesario en verano. También es necesario conservar fresco el suelo y regar abundantemente por la tarde o la noche en caso de intenso calor. El altramuz es sensible a las malas hierbas y plantas adventicias. Por ello, es aconsejable usar semillas certificadas, además de un tratamiento de preemergencia después de la siembra. Será necesario pasar una grada reticulada de dientes flexibles  en varias etapas del cultivo: como tratamiento de preemergencia si la profundidad mínima de plantación es de 3 cm, cuando las plantas tengan 2 hojas, cuando tengan 4 o 5 por la tarde y cuando midan 10 cm. Si hay varías líneas de plantación y están separadas por 20 cm, la escarda es posible cuando las plantas tengan 2 hojas y midan 30 cm. Al principio del cultivo, cuando las plantas midan más de 15 cm, se debe combinar el uso de la grada reticulada de dientes flexibles y la escarda.

El altramuz es a todas luces resistente y no necesita que se le apliquen fungicidas e insecticidas, pero puede verse afectado por la antracnosis, la botrytis y la esclerotina. Babosas, corzos, liebres, sitonas y pulgones son considerados plagas para el altramuz. Para combatir a los pulgones y casos de oídio alcanza con rociar agua mezclada con jabón blando  y cortar los tallos afectados. Para el resto de las enfermedades criptogámicas hay que aplicar un tratamiento a base de Amistar empleando 0,8 l/ha. Es posible lograr una floración en otoño (además de la estival) si se van cortando los tallos a medida que se marchitan.

El altramuz, producto de la agricultura

Las semillas de altramuz son ricas en proteínas: 36 a 37% en las semillas limpias y secas. Esto las hace muy adecuadas para la alimentación de animales, en la que se las utiliza como concentrado proteínico; así, la ración de alimentos para el ganado bovino puede estar constituida de 10% de altramuces (2 kg por día), la ración para cerdos de 5% y la ración para gallinas de 30%. Por otro lado, cultivar altramuz mejora los suelos ácidos mediante la fijación del nitrógeno del aire, y por lo tanto puede ser utilizado como forraje o abono verde. En el ámbito industrial se lo utiliza como emulsionante orgánico, y en la industria panadera compensa la falta de lisina de la harina de trigo. Finalmente, el altramuz puede servir como sustituto del huevo para los que sufren alergia.

Los altramuces pueden ser cultivados en suelos pedregosos, y requieren un espacio soleado con sombra parcial. Para una buena cosecha, antes de la plantación hay que asegurarse de que el suelo no tenga surcos, esté ligeramente desmenuzado, no albergue dicotiledóneas vivaces y no presente calcáreo activo. Si el pH del suelo es de 6,5 a 7 y se trata de una primera implantación, se recomienda una fertilización del suelo: es suficiente utilizar entre 40 y 50 unidades de ácido fosfórico y entre 80 y 120 unidades de potasa.

La cosecha del altramuz tiene lugar entre principios de agosto y mediados de septiembre, y se debe hacer en la mañana en caso de sequía. En esta fase se dice que está maduro: está completamente seco, las hojas han caído y las semillas suenan en las vainas como sonajeros. La humedad óptima de las semillas es de 13 a 16%, que se estabiliza en 14% de humedad en el almacenamiento. El rendimiento es de 22 a 42 quintales/ha en condiciones normales de explotación agrícola.

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Publicado en Flores de verano por Alejo el 04 Jul 2011