Descubierto hace más de treinta siglos antes de nuestra era, y disponible en más de 300 variedades, el aloe o áloe es una planta con muchas propiedades medicinales. En efecto, esté genero de plantas posee virtudes antivirales, anti-inflamatorias, laxantes, purgantes, bactericidas y cicatrizantes, entre otras. Nativo de las regiones de África, Medio Oriente e India, se lo cultiva a escala industrial en algunos países como Estados Unidos, México y Filipinas para que sea procesado en fábricas y comercializado a gran escala.

Cultivado en cientos de miles de hectáreas en todo el mundo, el aloe crece en terrenos arenosos y calcáreos de regiones desérticas de clima cálido y seco, pero también es posible hacerlo crecer en el jardín, en el balcón o incluso dentro de su apartamento.

El cultivo de aloe

El áloe crece tanto al aire libre como en interiores, y se utiliza por igual como planta decorativa y planta medicinal. Antes de plantarlo hay que preparar el suelo. Si la plantación se lleva a cabo al aire libre, se recomienda que el suelo esté bien limpio y bien iluminado. Si en cambio usted decide plantar el áloe dentro de su apartamento, se recomienda calurosamente usar macetas que puedan desplazarse a exteriores durante el período estival. Cabe señalar que el aloe soporta mal el exceso de humedad y sobre todo las heladas, ya que de hecho es muy sensible al frío. Por lo tanto, debe ser colocado en un invernadero con una estructura de vidrio para cubrirlo en caso de frío extremo en invierno.

Para cultivar el aloe en casa se necesita una mezcla de tierra fértil y arena en partes iguales, a la que hay que agregar compost y también piedras para el drenaje. Es deseable que la maceta que contenga el aloe sea lo suficientemente grande para permitir que la planta crezca más rápido. Una vez preparado el recipiente podremos optar por plantar ya sea una semilla, ya sea pequeños áloes provistos de raíces pequeñas, que aparecen después de la floración de las plantas adultas. Ni la semilla ni el tallo deben ser enterrados muy profundamente para evitar que se pudran, y también hay que evitar que las hojas estén en contacto directo con el suelo.

Se aconseja limitar el riego de la planta a una vez por semana. Para ello alcanza con un vaso de agua, pero hay que tener cuidado de no mojar las hojas. Sólo en verano se recomienda mojar las hojas al regar. Durante el período de crecimiento de la plántula el suelo debe estar húmedo. En el período de reposo vegetativo, en cambio, se debe reducir significativamente el riego y mantener la humedad al mínimo. Aunque se desaconseja la fertilización del suelo durante dicho período, es posible realizarla en cambio en el período de crecimiento vegetativo. La fertilización se realiza ya sea con abono equilibrado cada dos semanas, ya sea con un suplemento de nitrato de amonio una vez por año.

El áloe puede soportar sin problemas una temperatura superior a 40°C y sobrevivir sin agua durante varios meses, pero necesita imperativamente recibir mucha luz. Durante el invierno, es necesario bajar la temperatura y suspender el riego para evitar que la planta se marchite. Tenga en cuenta que la temperatura ideal en esta estación es de 15°C durante el día y de 13° C durante la noche.

El mantenimiento del aloe

El aloe es una planta que requiere muy pocos cuidados, pero hay que sacar todas las malas hierbas para asegurar que el suelo retenga su pH ácido. También hay que proteger las plantas de las cochinillas, a las que son sensibles. El áloe florece todos los años a finales del invierno y comienzos de la primavera. En la madurez da hojas gruesas que pueden llegar al metro de largo, y desarrolla raíces poco profundas y un tallo muy corto y leñoso. En la primavera da flores de color amarillo. Cuando el aloe alcanza cierta altura, los tallos pierden el porte erecto y se extienden fuera de la maceta. En esta etapa, es aconsejable cortar los tallos que salgan de la maceta, con sus pequeñas raíces blancas en formación, para trasplantarlos y así perpetuar el cultivo de esta planta con muchas virtudes.

Las propiedades del aloe

Planta espermatofita y angiosperma con flores perteneciente a la familia de las liliáceas, el aloe es la sexta planta más cultivada en el mundo por sus propiedades preventivas y curativas. En efecto, los ejemplares de este género de suculentas esconden un gel que contiene aloína (un compuesto amargo y amarillento), en sus variantes aloína A (barbaloína) y B (isobarbaloína), y es rico en ácidos grasos orgánicos, vitaminas, tiamina (vitamina B1), resina y en numerosas sales minerales. Su corteza contiene sustancias irritantes como la antraquinona, que se utiliza como laxante y purgante. El aloe, cuyas moléculas son imposibles de sintetizar, sigue siendo un misterio para los científicos.

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Publicado en Suculentas por Alejo el 17 Aug 2011